Hace diez años, en un barrio de Málaga, España, se reunieron amigos y vecinos, para compartir momentos musicales. Un día en medio de esos encuentros, decidieron fusionar el flamenco con la electrónica creando un nuevo concepto melódico en el país ibérico. Lo que nunca se imaginaron estos amigos y vecinos, fue que después de una década sus composiciones trascendieran las fronteras y llegaran a Sur América.
Chambao, es una palabra malagueña y físicamente es un espacio hecho con sencillez, pero también es el nombre del grupo español que se estará presentando el 19 de este mes en el Teatro Mayor Julio Mario Santo Domingo.
Liderado por la cantante malagueña María del Mar Rodríguez, más conocida como Lamari, Chambao se ha consolidado como una de las más importantes agrupaciones de la península ibérica, gracias a su apasionada versión electro chill del flamenco.
El grupo español ha logrado adentrarse en las fibras más finas de la nueva música hispanoamericana, combinando la gran tradición del flamenco con nuevos lenguajes de raíz electrónica como el chill out, incorporando también una cantidad importante de influencias mediterráneas, africanas y mexicanas.
Hicieron su debut discográfico con el álbum Flamenco Chill, un compilado que serviría como coyuntura para volver a pensar en España como el epicentro de nuevas propuestas sonoras. En el 2004 iniciaron la consolidación de su sonido con el disco endorfinas en la mente. De ahí en adelante han lanzado 7 trabajos discográficos que les han otorgado el reconocimiento mundial.
Chambao llega al país para presentar su disco homónimo. Este nuevo álbum mantiene la esencia del grupo español, un crisol de músicas sureñas y mediterráneas, de alcance global y tratadas con imaginación, raíz contemporánea y extrema sensibilidad.“Desde que nacemos, todo lo que uno respira, siente, piensa y vive en general le hace cambiar, desde las vivencias personales hasta la voz; es inevitable y necesario para conocerse y disfrutar. A parte de celebrar diez años, para mí este quinto disco de Chambao es un cierre de un ciclo y la apertura de una nueva etapa personal y profesional en la que nada tiene tanta importancia para andar con carreras y mosqueos, aunque sigo aprendiendo día a día de esto último” afirma Lamari.