En un sujetador o en los calcetines, en las muñecas, las orejas e incluso en el pecho: la tecnología "para vestir" está de moda, y el Salón de la Electrónica de Consumo (CES), que se desarrolla esta semana en Las Vegas, es un gran escaparate.
"La vestimenta es el próximo ordenador", afirmó Davide Vigano, jefe de la compañía Heapsylon, que presenta ropa interior, camisetas y calcetines conectados a Internet para deportistas al margen del CES, la mayor feria mundial anual de electrónica de consumo.
El uso creciente de accesorios "listos para llevar", conectados a un teléfono inteligente, ha dado paso a una industria masiva, a menudo orientada hacia el deporte y la salud, y que se supone mejora la vida tanto del recién nacido como del anciano con dificultades físicas.
Estos productos prometen mejorar los entrenamientos y vigilar la salud de los usuarios gracias a "sensores textiles" integrados a las prendas para mayor comodidad, y al uso combinado de un transmisor en los calcetines y un monitor a nivel del pecho.
"Tenemos una imagen más exacta (de la actividad realizada) cuando los calcetines y el sujetador son utilizados en conjunto", subrayó Vigano.
Como muchas de las tecnologías portátiles que llegan al mercado, los productos de Heapsylon se venden acompañados de un "entrenador virtual" que busca motivar al usuario y ayudarlo a mejorar su técnica.
El deporte y la puesta en forma son las áreas predilectas de esta tecnología 'prêt-à-porter', que tiene a la cabeza a los brazaletes FitBit y la Nike Fuel Band.
Los relojes inteligentes constituyen otra parte importante de esta industria, con productos que se lanzan con financiación colectiva, como los de Pebble, junto a los de gigantes como Samsung o Qualcomm. La oferta es tan fuerte que el CES le dedica este año una zona especial.
También se pueden ver en Las Vegas varios modelos de gafas conectadas, incluso cuando las más famosas, las de Google, no tienen aún representación oficial.
Un mercado de 19.000 millones de dólares
El mercado de los aparatos inteligentes "listos para llevar" podría pasar de 1.400 millones de dólares en 2013 a 19.000 millones para 2018, según proyecciones de la firma Juniper Research.
Estos aparatos interesan también a los creadores de aplicaciones móviles, que los utilizan en conjunto con los smartphones, principalmente con fines médicos, como medir la presión, el ritmo cardíaco o la glucemia.
"Permitirle (al usuario) tomar el control de su salud es uno de los grandes beneficios de esta tecnología", subrayó el miércoles el vicepresidente de Samsung, David Lowe, durante un debate en el CES.
Los monitores cardíacos y de presión arterial de la compañía californiana Qardio permiten, por ejemplo, vigilar la salud desde los teléfonos inteligentes y transmitir los datos a un tercero.
La cofundadora de Qardio, Rosario Iannella, los utiliza para mantener un ojo sobre la salud de su anciana madre que se encuentra en Italia. Pero estos aparatos también "permiten a los médicos vigilar mejor a sus pacientes", apuntó.
Productos aún un poco excéntricos
Los fabricantes deben, no obstante, superar la veta excéntrica de estos aparatos, de aspecto no siempre atrayente.
"Los primeros productos lanzados al mercado son grandes y se prestan más bien a un público masculino y adicto a la tecnología", opinó Robe Enderle, analista especializado en el sector tecnológico. "Para las mujeres hará falta que se conviertan en (objetos) más pequeños y más orientados hacia la moda".
Algunos de los productos presentados en Las Vegas van en ese sentido.
Es el caso del brazalete June, diseñado por la francesa Netatmo, que "permite controlar la exposición al sol en tiempo real, pero se ve como una pulsera con piedras preciosas y con estilo", explicó la gerente del producto, Emmanuelle Thomas. "Por ejemplo, si usted toma su desayuno al aire libre todos los días, el dispositivo puede decirle que pasa mucho tiempo al sol".
La compañía británica CSR presenta joyas inteligentes, con colores personalizados en función del humor del usuario, que permiten recibir alertas enviadas desde un smartphone.
El relojero de Hong-Kong Ezio se concentra también en el estilo de sus productos, a los que adjunta gradualmente nuevas funciones./AFP