Desde el pasado 14 de septiembre y hasta el 4 de noviembre se realiza en Bogotá la versión número 45 del Salón Nacional de Artistas, uno de los eventos más importantes en la historia del arte colombiano. En total participarán 122 artistas colombianos y 44 internacionales en una muestra que tiene como eje de discusión “El revés de la trama”.
El Salón se creó en octubre de 1940 en la Biblioteca Nacional, aunque los antecedentes de este evento se pueden trazar hasta el siglo XIX, cuando se hacían muestras artísticas en las celebraciones de las fiestas patrias de Colombia. En el discurso inaugural Jorge Eliécer Gaitán, líder liberal que en 1948 sería asesinado y partiría en dos la historia política colombiana, aseguró que el evento permitiría “decidir, en última instancia, si hay o no un arte propio”.
De esta manera nacería el programa estatal de mayor trayectoria que apoya el arte contemporáneo y visibiliza a los nuevos artistas colombianos. Durante sus 79 años de historia, con varias interrupciones por álgidos periodos políticos, el Salón ha premiado a los que hoy son considerados grandes figuras de la historia del arte colombiano como Fernando Botero, Doris Salcedo, Beatriz González y Alejandro Obregón.
Bogotá, una localidad más
Después de trece años, el Salón volvió a Bogotá. Según Alejandro Martín, director artístico del Salón para esta edición y curador del Museo de La Tertulia de Cali, la llegada de curadores de otras ciudades colombianas anima la escena artística de la capital: “Lo interesante es pensar a Bogotá como una localidad más que en este momento necesitaba apoyo y por eso es bueno que venga el Salón a empujar e incluso a mostrar las falencias que tiene la ciudad. [...] En otras ciudades, como Cali y Medellín, estamos haciendo las cosas mucho mejor: la programación de los museos es más interesante que la de Bogotá y venimos a enseñarles lo que se puede hacer”.
Para esta versión, Martín invitó a varios artistas e investigadores, como Alejandra M. Pineda, Ana María Montenegro, Manuel Kalmanovitz, entre otros, y colectivos como La Usurpadora y Equipo TransHistor(ia), para realizar nueve proyectos curatoriales. La muestra tendrá exposiciones, publicaciones, acciones, performances y manifestaciones; un espacio-residencia, laboratorios de artistas, conversatorios y conferencias; un programa de radio, un área educativa dirigida a educadores y doce espacios para intervenciones.
Las exposiciones y proyectos estarán abiertos al público durante los próximos meses en varios escenarios como el Museo de Arte Moderno de Bogotá MAMBO, la nueva Galería Santa Fe, la sala de exposiciones de la ASAB, la Cinemateca Distrital, el Laboratorio Interdisciplinario de las Artes LIA, El Parqueadero del Museo de Arte Miguel Urrutia y hasta una fábrica abandonada llamada Pastas el Gallo, en la Plaza España, entre otras sedes.
El revés de la trama
Las muestras tendrán como eje central «El revés de la trama»: “La idea era que no existiera un tema, sino una estrategia que permitiera reunir distintos proyectos curatoriales, cada uno con su propio tema, pero que de alguna manera estuvieran unidos por una idea común”, explica Martín. Es una invitación para mirar el otro lado de las cosas, su dobladillo, las costuras y el revés: “Una manera de preguntarse por los contrastes entre la superficie acabada, la imagen que se quiere mostrar y la parte de atrás que da cuenta de las costuras, del proceso, de lo que ha sido escondido”, explica el sitio web del Salón.
El segundo momento importante será una manifestación que se realizará el 2 de noviembre. Un proyecto llamado «Mitopía», con la curaduría de Adriana Pineda, en donde se reunirán muchas acciones de colectivos independientes, dentro de una lógica carnavalesca. La muestra tendrá batucada y disfraces, y asistirá Wallace Masuko, un artista brasileño que ha trabajado de la mano con Pineda en el colectivo Taller 7, un proyecto autogestionado que surgió en Medellín en el año 2003 por iniciativa de un grupo de artistas plásticos. /