"Incrédulo" tras su elección como pontífice, el anterior papa Benedicto XVI sumó noches en blanco, incapaz de conciliar el sueño, según revela en un libro de entrevistas que aparece en septiembre, informa el diario Corriere della Sera.
El libro, titulado "Conversaciones finales", confirma también que Joseph Ratzinger, con un temperamento tan reservado, no se sentía realmente capaz de dirigir a los 1.200 millones de católicos, y a una Iglesia sacudida en su cúpula por luchas internas, y en su base por los escándalos de los sacerdotes pedófilos.
El papa emérito alemán reconoce asimismo haber carecido de un espíritu decidido.
Esta larga entrevista con el periodista alemán Peter Seewald, autor ya de varios libros sobre este papa - el primero en siete siglos en renunciar -, saldrá en varios idiomas el 9 de septiembre y levantará un velo sobre sus ocho delicados años a la cabeza de la Iglesia católica.
El Corriere della Sera, que compró los derechos y publicará extractos, anuncia que Ratzinger también hablará de lo que los medios describen a menudo como el "lobby gay", un grupo de media docena de altos prelados que protegían sus propias carreras en lugar de ayudar a hacer avanzar la causa de los homosexuales en la Iglesia
Según el diario, Benedicto XVI asegura haber acabado con el clan, y haberlo alejado del poder.
El papa emérito, de 89 años, se retiró tras su renuncia en 2013 a un monasterio en el Vaticano, y desde entonces hace muy escasas apariciones públicas.
El martes, Benedicto XVI participó con el papa Francisco en una conmemoración del 65º aniversario de su ordenación sacerdotal. Aunque frágil, hizo un elogio de su sucesor en un discurso de diez minutos sin notas.