por Eloi ROUYER
El retrato más famoso del compositor alemán Johann Sebastian Bach regresó este viernes a Leipzig (este de Alemania), cumpliendo el deseo de su último propietario, un filántropo estadounidense que lo legó a los archivos de Bach de la ciudad.
"¡Bach regresa a casa!". Con lágrimas en los ojos, la hija del coleccionista estadounidense William Scheide, fallecido en noviembre de 2014, dio su último adiós al retrato en la iglesia de San Nicolás, en el centro histórico de Leipzig.
En esta iglesia, el compositor, que murió en la ciudad a los 65 años en 1750 tras haber pasado en ella 27 años de su vida, creó algunas de sus más grandes obras, como la Pasión según San Juan o las Cantatas del Oratorio de Navidad.
La iglesia estaba abarrotada este viernes --como debía ocurrir cuando presentaba sus composiciones--, para recibir este retrato al óleo realizado por Elias Gottlob Haussmann en 1748, cuando el "dios inmortal de la armonía", como lo describió su paisano Ludwig Van Beethoven, tenía 60 años.
Los murmullos del público crecían a medida que el cuadro, cubierto con una sábana blanca se acercaba al coro de la iglesia, la más grande y la más antigua de la ciudad.
Los aplausos tronaron cuando el director de orquesta británico y presidente de los Archivos de Bach en Leipzig, John Eliot Gardiner, acompañado por familiares de Scheide, reveló a la asistencia el retrato del compositor que sostiene una partitura en la mano.
Como en un concierto de rock, algunos sacaron sus teléfonos móviles para inmortalizar la aparición de la 'estrella'.
"Es un gran momento para la historia de la ciudad de Leipzig, un gran momento para Alemania y para todos los que en el mundo estiman y admiran la herencia musical de Bach", declaró Gardiner, bajo los aplausos.
- Autoritario y jovial -
En un guiño de la historia, Gardiner convivió con la pintura que decoraba el primer piso de la casa de sus padres, en Dorset (Inglaterra).
La tela pertenecía en la época a Walter Jenker, un judío alemán que huyó de los nazis en 1936 y se lo dejó a los Gardiner para que la preservaran de las bombas de la Luftwaffe contra Londres.
Esta obra representa al mismo tiempo "el lado autoritario" y el lado "serio" de Bach y de su música, pero también, "la increíble alegría" que se desprende de sus melodías y el "gusto por la vida de este padre de 20 hijos que amaba su vino, su cerveza y la buena comida", contó Gardiner.
La obra, valorada en 2,5 millones de dólares (unos 2,2 millones de euros), es el retrato oficial del compositor y aparece en los afiches y el programa del Festival de Bach que se inicia este viernes en Leipzig.
"Realmente es una bendición para la ciudad de Leipzig y va a permitir que todos puedan ver al fin este cuadro", dice Konrad Kraut, jubilado de 73 años, instalado con su esposa en unos sillones de jardín, para asistir a la retransmisión del concierto organizado en la iglesia de San Nicolás, tras la presentación del cuadro.
"Bach vivió mucho tiempo aquí, creó mucho y este cuadro, cuando lo miras, cuenta tantas cosas que realmente es muy especial tenerlo: Bach está todavía mucho más intensamente ahí", decía por su parte Marianne Schulze, otra espectadora.
El retrato se expondrá en el Museo de los Archivos de Bach de Leipzig y Gardiner espera que se convierta en un "imán para todos los que visiten la ciudad y para todos los amantes de Bach"/AFP.