El acceso universal a una educación de calidad es un objetivo de la agenda de desarrollo global que sólo alcanzarán uno de cada seis países para 2030.
Así lo asegura un nuevo informe de la Organización de las Naciones unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) que agrega que 300 millones de niños carecerán de las habilidades básicas de aritmética y lectura al final de esta década.
De igual forma indica que nos 84 millones de niños y jóvenes seguirán sin asistir a la escuela para 2030, a menos que se tomen medidas efectivas inmediatamente.
El estudio titulado “Establecer compromisos: puntos de referencia nacionales del ODS 4 para transformar la educación” recoge la culminación de un proceso de cinco años que ha permitido a los países establecer sus propios objetivos para lograr el acceso universal a una educación de calidad.
Destaca el mismo que, al paso actual, sólo uno de cada seis países conseguirá el Objetivo de Desarrollo Sostenible referente al acceso universal a una educación de calidad para el fin de esta década y que es el No.4.
Con datos del 90% de sus Estados miembros, la agencia de la ONU proyectó un aumento en el porcentaje de estudiantes con habilidades básicas de lectura al final de la escuela primaria, que pasaría del 51% en 2015 al 67%. en 2030.
No obstante este avance, el estudio estima que cerca de 300 millones de niños y jóvenes continuarán careciendo de las habilidades básicas de aritmética y lectura para tener mejores empleos y oportunidades en general.
Incumplimiento de los compromisos
El documento recuerda que cuando se acordó la Agenda 2030 para el desarrollo sostenible, los países se comprometieron a alcanzar un nivel educativo de secundaria para todos. Sin embargo, poco más del 15% de las naciones cumplirá el compromiso. Más aún, en África subsahariana apenas el 40% de los jóvenes completará la escuela secundaria.
Los datos de los gobiernos muestran que, incluso si se cumplen los objetivos nacionales, "estos son insuficientes", ya que se calcula que habrá 84 millones de niños y jóvenes que no irán a la escuela a finales de la década.
La Unesco afirmó que la comunidad internacional tiene la responsabilidad de redoblar los esfuerzos para cerrar las brechas y priorizar el financiamiento de la educación.
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"La mayoría de los gobiernos han establecido puntos de referencia nacionales para avanzar hacia el objetivo crucial de la educación: es una señal de compromiso serio. Pero la comunidad internacional tiene ahora la responsabilidad de potenciar sus esfuerzos llenando las lagunas de datos restantes y dando prioridad a la financiación de la educación. Es la única manera de responder a las necesidades identificadas y crear un impacto verdaderamente transformador", declaró la subdirectora General de Educación de la Unesco, Stefania Giannini.
Por su parte, el ministro de Educación Básica y Secundaria Superior, y jefe de innovación del gobierno de Sierra Leona, y presidente del Consejo Asesor del Informe de Seguimiento de la Educación en el Mundo, David Sengeh, hizo referencia a que la pandemia del covid-19 agravó la crisis educativa existente. "De aquí a 2030, se prevé que demasiados niños se quedarán fuera de las aulas. Podemos y debemos hacerlo mejor. El liderazgo de esta Organización es importante a la hora de apoyar a los gobiernos para que establezcan puntos de referencia en este momento crítico", ha dicho.
El informe pide que se refuerce la cooperación regional e internacional, "de modo que cada país pueda inspirarse en sus pares para elaborar y aplicar soluciones". La Unesco se ha comprometido a "facilitar este diálogo" entre sus 193 Estados Miembros y seguirá "aportando su experiencia" para ayudar a mejorar el seguimiento y la presentación de informes de los países sobre las metas del ODS 4 a medida que se acerca el 2030.
Hace apenas una semana, en una cumbre sobre la transformación de la educación celebrada en París, la directora general de la Unesco, Audrey Azoulay, se refirió al cierre de las escuelas debido a la pandemia, considerando que esos retrasos en el aprendizaje también tendrán un fuerte impacto en la economía.
“A escala mundial, representarán una pérdida acumulada de riqueza para la actual generación de escolares de unos 21 billones de dólares. La estimación anterior en 2021 era de 17 billones de dólares, por lo que la situación ha seguido empeorando en el último año”, detalló.
En esa ocasión, Azoulay agregó que, además de la crisis de aprendizaje, existe una crisis de financiamiento en la que el 40% de los países de renta baja y media redujeron su gasto en educación durante la pandemia. La reducción media fue del 13,5%, pero hasta el momento los presupuestos no han vuelto a sus niveles de 2019