Critican reforma del Estado | El Nuevo Siglo
Lunes, 7 de Noviembre de 2011

Si bien la división y aumento de ministerios posibilita una mayor capacidad para gestionar los diferentes sectores estatales, esta modificación no garantiza la eficiencia del Estado colombiano.

Así lo indicó André Noel Roth, profesor Investigador Asociado del Departamento de Ciencia Política de la Universidad Nacional de Colombia, frente a la reciente supresión y adición de ministerios y autoridades estatales, efectuadas por el presidente Juan Manuel Santos.  
Durante los ocho años del mandato del ex presidente Álvaro Uribe se eliminaron las carteras de trabajo y salud, y la de justicia. Las dos primeras se integraron en el Ministerio de la Protección Social y la tercera en el del Interior, con el propósito de tener un Estado más  pequeño y eficiente, es decir, uno que representara mayor ahorro al bolsillo del país. Menos consulados, menos contralorías y puestos de trabajo supondrían un menor gasto de recursos.  
Sin embargo, el actual gobierno piensa diferente el concepto de eficiencia. Para Santos, es necesario un Estado en el que existan los ministerios suprimidos por el gobierno anterior y se separen los que se habían fusionado para lograr mayor gestión frente a las necesidades de la sociedad.
Roth analizó la reforma y la complementó con otro aspecto primordial, que según él no se ha tenido en cuenta para concebir el concepto de eficiencia. De acuerdo con el investigador,  “en términos de crecimiento del Estado, no toda división implica crecimiento enorme del Estado. Yo creo que el problema de la eficiencia tiene que ver con el número y la capacitación de los funcionarios”.
En este sentido, indicó que el gran problema de la administración del Estado es su capacidad de implementación y construcción de políticas,  y afirmó que los resultados favorables se obtienen a largo plazo a través de una dirección idónea de los ministerios, una buena coordinación, formación y despolitización de los funcionarios.
Asimismo, consideró urgente la necesidad de una reforma tributaria para que el Estado pueda tener el músculo financiero necesario para desarrollar sus políticas constitucionales. “Si queremos un Estado social de derecho, capaz de administrar bienes públicos, necesitamos un Estado capaz de recolectar impuestos”, respondió Roth.