El mundos se ha convertido en "un lugar cada vez más peligroso" para millones de refugiados y migrantes, cuyos derechos son vulnerados por gobiernos preocupados ante todo por proteger sus fronteras, denunció Amnistía Internacional.
"Hay demasiados gobiernos que cometen abusos contra los derechos humanos en nombre de los controles migratorios, sobrepasando con mucho las medidas legítimas de control de fronteras", afirmó el secretario general de Amnistía Internacional, Salil Shetty, en la presentación del informe anual de la organización sobre el estado de los derechos humanos en el mundo.
Las medidas afectan tanto a las personas que huyen de los conflictos en países como Siria, Sudán o la República Democrática del Congo, como a los 214 millones de emigrantes que se estima han abandonado sus casas en busca de un trabajo o de una vida mejor en otro país.
"Millones de migrantes se ven abocados a situaciones abusivas, como el trabajo forzado o los abusos sexuales, debido a políticas migratorias que permiten explotar a estas personas con impunidad", agregó Shetty, que responsabiliza a "la retórica populista" de alimentar estas políticas.
La ONG critica, entre otros, a la Unión Europea y a Estados Unidos por aplicar medidas de control de fronteras que "ponen en peligro" las vidas de estos ciudadanos "de segunda".
En el caso de Europa, acusó a Italia de "obligar" a precarias embarcaciones cargadas de migrantes o de refugiados a alejarse de sus costas, a Grecia de obligar a retroceder personas que intentaban ingresar desde Turquía buscando protección internacional, y a España de haber desalojado y entregado a Marruecos a 70 subsaharianos que ocuparon un islote español.
En cuanto a Estados Unidos, señala que a pesar de una caída de la inmigración, unas 200 personas, principalmente mexicanos y centroamericanos mueren todavía anualmente tratando de entrar por rutas cada vez más peligrosas. Cuando logran llegar a su destino, muchos migrantes son sometidos a condiciones equiparables al "trabajo forzado o, en algunos casos, análogas a la esclavitud".
"Quienes viven fuera de su país, sin patrimonio ni estatus, son las personas más vulnerables del mundo, pero a menudo se las condena a vivir entre las sombras", afirmó el secretario general de Amnistía.
En relación a Siria, Amnistía denuncia que "el mundo se ha limitado a mirar" un año más mientras continuaban los abusos por parte del régimen de Bashar al Asad y, en menor medida, de la oposición en un conflicto que ha dejado ya decenas de miles de muertos, cuatro millones de desplazados internos y un millón y medio de refugiados.
"Siria es una de las grandes vergüenzas de nuestra época. Se ha convertido en un partido de fútbol político entre grandes potencias", dijo el secretario de Amnistía./AFP