Abierto a que la Comisión Interamericana de Derechos Humanos verifique la situación de la libertad de expresión en su país, se mostró el presidente ecuatoriano, Rafael Correa.
"Que venga tantas veces quiera, bienvenida. Para venir no necesita invitación", manifestó el mandatario en una entrevista con una televisora de Cuenca, en la que se le preguntó si invitaría a la relatora para la libertad de expresión de la CIDH, Catalina Botero, a visitar Ecuador.
"Bienvenida, que venga y vea si hay atentado a la libertad de expresión, censura y todas las barbaridades que dicen", agregó Correa, quien sostuvo que acogería recomendaciones del organismo "siempre y cuando sean razonables porque también pueden estar equivocados".
En ese sentido, el jefe de Estado señaló que "la Comisión no puede pronunciarse sobre juicios en marcha porque atentaría contra la soberanía del país".
"Esta confrontación no va a acabar porque esos medios, que son negocios, no es que defiendan la libertad de expresión, defienden la libertad de empresa, sus intereses", añadió.
El presidente socialista, en el poder desde 2007 y que puede ser reelecto en 2013, mantiene una pugna con un sector de la prensa nacional al que tilda de "poder fáctico, mediocre y corrupto", y al que acusa de intentar desestabilizarlo en favor de intereses privados.
"Lo que hay es un monopolio de la comunicación. Estamos rompiendo con ese monopolio, y mientras sigamos esa lucha los medios monopólicos, los grandes capitales dedicados al negocio de la comunicación seguirán oponiéndose al gobierno", subrayó este martes Correa.
El mandatario se refirió a una audiencia el martes ante la CIDH, y aseguró que allí se "reconoció" que ocho familias manejan la comunicación en el país, lo cual "es gravísimo".
"Les seguiré diciendo, cuantas veces sean necesarias, a ciertos medios que son corruptos, que son una mafia, que son faltos de profesionalismo", manifestó, anotando que "vamos a seguir denunciando el pacto corporativo que tienen ciertos medios para estar contra el gobierno, porque es el primer gobierno que le ha puesto un alto a sus abusos".
Durante una audiencia el martes en Washington, representantes de la CIDH rechazaron lo que consideran una descalificación contra los periodistas de parte del gobierno ecuatoriano.
Botero dijo que "el presidente y altas autoridades (...) han imputado delitos a periodistas y a periódicos con nombre propio y les han dicho corruptos, estafadores, golpistas", entre otros calificativos.
El delito de injuria o calumnia, "¿se aplica solamente para los ciudadanos que puedan ofender la honra de los funcionarios (...) o es un delito que se aplica universalmente y las autoridades que han utilizado esas expresiones también estarían incurriendo en ese delito?", preguntó la relatora.
El gobernante replicó este miércoles que "nosotros no decimos que no nos equivocamos, pero no es cierto que se atente contra la libertad de expresión, que las cárceles están llenas de gente por opinar en contra del presidente. Eso es una grosera mentira".
En ocasión de la audiencia ante la CIDH, a la que también asistieron ministros de Correa y funcionarios del Estado, periodistas ecuatorianos denunciaron una "cascada" de procesos en su contra.
En el país "existe una constante y sistemática política de acoso y vulneración de las libertades de prensa, expresión y asociación", señaló César Ricaurte, director en Ecuador de la Fundación Andina para la Observación y Estudio de Medios (Fundamedios).
Tres directivos y un ex editor de opinión del diario El Universo fueron condenados en julio a tres años de cárcel y a pagar 40 millones de dólares en una demanda por injurias planteada por Correa, quien también planteó un juicio contra otros dos periodistas reclamando una indemnización de 10 millones.
AFP