CUBA ESTÁdispuesta a abordar con Estados Unidos temas difíciles, entre ellos los derechos humanos, dijo el canciller isleño Bruno Rodríguez durante una rueda de prensa conjunta con su par John Kerry ayer en La Habana.
"Tenemos concepciones distintas" en cuanto a “soberanía, democracia y derechos humanos”, dijo Rodríguez, para añadir que "estamos dispuestos a conversar sobre cualquiera de estos temas, aceptando que en algunos de ellos será difícil ponerse de acuerdo".
Rodríguez defendió los preceptos de su gobierno y aseguró sentirse "muy cómodo con la democracia cubana, que tiene cosas perfectibles".
El canciller cubano señaló que el encuentro de ayer con Kerry se desarrolló en "un clima respetuoso y constructivo", y llamó a "construir confianza mutua" a pesar de las diferencias.
Informó que para avanzar en la normalización de las relaciones se establecerá una comisión bilateral para definir las tareas inmediatas a discutir entre ambos gobiernos, "incluidos los problemas pendientes y acumulados, algunos muy complicados, en más de medio siglo".
"En las próximas semanas representantes de ambos gobiernos deberán sostener los primeros intercambios", indicó Rodríguez.
Esas reuniones se realizarán durante las dos primeras semanas de septiembre en La Habana, precisó Kerry durante la misma conferencia de prensa.
El canciller cubano estimó que el "levantamiento total del embargo es esencial" en el proceso de normalización de relaciones, así como la devolución del territorio de la base naval de Guantánamo, ocupado por Estados Unidos desde 1903.
Sin embargo, Kerry recordó que el tema de Guantánamo "no está sobre la mesa".
"En este momento no hay planes para cambiar" el estatus de Guantánamo, enfatizó.
Rodríguez, en tanto, recordó que las leyes cubanas prevén el pago de indemnizaciones a empresas norteamericanas nacionalizadas en Cuba en la década de los años 1960, e insistió en que su país reclama el pago de compensaciones por los daños humanos y económicos causados por el embargo, vigente desde 1962.
La bandera
La bandera de Estados Unidos volvió a ondear en Cuba después de 54 años, tras ser izada en la embajada norteamericana en el Malecón de La Habana, en una histórica ceremonia encabezada por Kerry.
En su discurso al izar la bandera, Kerry pidió una "democracia auténtica" en Cuba y dejó claro que queda mucho camino por recorrer para el completo restablecimiento de las relaciones entre los dos países, enemigos durante más de medio siglo.
"Estamos convencidos de que los cubanos estarán mejor con una democracia auténtica, en que las personas puedan elegir a sus líderes con compromiso y justicia social", dijo Kerry, quien se convirtió en el primer secretario de Estado norteamericano que visita Cuba en siete décadas.
La bandera fue entregada a tres marines que la izaron por tres militares que la habían retirado en 1961, cuando ambos países rompieron lazos diplomáticos, mientras una banda del Ejército estadounidense interpretaba el himno nacional de ese país, marcando un punto de inflexión en el camino iniciado en diciembre cuando ambos países anunciaron la normalización de sus relaciones.
Kerry también destacó la decisión del presidente Barack Obama de pedir al Congreso estadounidense que levante el embargo económico a Cuba, impuesto en 1962, aunque afirmó que las autoridades cubanas también deben dar pasos al respecto.
"El embargo ha sido siempre una calle de doble vía", expresó Kerry en presencia de decenas de invitados en la ceremonia, entre ellos algunos cubanoestadounidenses llegados desde Miami.
"Ya no enemigos, sino vecinos"
"Ver ondear la bandera norteamericana en el Malecón de La Habana es un sentimiento tan profundo como el que sentí en Washington" cuando fue izado el pabellón cubano el 20 de julio, declaró a la AFP Hugo Cancio, uno de los invitados cubanoamericanos, quien llegó a Miami con su familia en 1980, cuando tenía 16 años, en el éxodo de Mariel.
Kerry reconoció que "el camino hacia unas relaciones plenamente normales es largo, pero es precisamente por ello que tenemos que empezar en este mismo instante".
"Esto no significa que olvidemos el pasado. ¿Cómo podríamos? Al menos para mi generación, las imágenes son imborrables", añadió.
Kerry destacó que la política de aislamiento hacia Cuba mantenida durante medio siglo por Washington, no funcionó, algo que ya había reconocido Obama en diciembre pasado.
"A pesar de décadas de buenas intenciones, las políticas del pasado no llevaron a una transición democrática en Cuba", indicó Kerry, quien también expresó que "después de todo, el futuro de Cuba depende de los cubanos".
"Estamos seguros que éste es el momento de acercarnos dos pueblos ya no enemigos ni rivales, sino vecinos", expresó al cerrar su discurso con varias citas en español.
Profundas diferencias
Ambos países siguen manteniendo profundas diferencias. Sobre todo, en espinosos temas como los derechos humanos y la situación de los disidentes cubanos, pero también el pago de compensaciones o el fin del embargo, que solo puede aprobar el Congreso estadounidense.
Por la tarde Kerry sostuvo un encuentro a disidentes cubanos en la residencia del embajador estadounidense, sin acceso a la prensa.
La jefa de las Damas de Blanco, crítica de la nueva política de Washington, no asistió a la reunión con Kerry: "como se trata de una recepción de bajo perfil, con discursos y ese tipo de cosas, no podemos perder el tiempo en eso", declaró la activista a la AFP.
El precandidato presidencial republicano Marco Rubio, hijo de padres cubanos que emigraron a Estados Unidos, criticó que en la ceremonia no participaron “aquellas personas que han luchado en favor de la democracia en Cuba”. /AFP