Las negociaciones de paz entre el gobierno sursudanés y la rebelión liderada por el ex vicepresidente Riek Machar iniciaron el lunes en Etiopía, en donde China se unió a los esfuerzos de mediación para intentar poner fin al conflicto que estalló a mediados de diciembre en esta joven nación.
El objetivo de las discusiones es lograr un alto al fuego luego de tres semanas de conflicto en Sudán del Sur pero también obtener la liberación de presos cercanos a Marchar, indicó Seyum Mesfin, representante del bloque regional de países de África del Este (IGAD), que actúa como mediador en estas negociaciones.
El lunes por la noche en Adís Abeba el gobierno y los rebeldes expresaron su optimismo en cuanto al desenlace de las negociaciones.
"Hemos iniciado el proceso [de negociación] y somos optimistas en cuanto a que todo esto terminará de forma pacífica", declaró ante la prensa el representante de Juba, Majuei Luoth.
"Creemos que podemos llegar a una reconciliación total, que devolverá la paz a ambas partes y a nuestro pueblo de Sudán del Sur", declaró por su parte el jefe de la delegación de los rebeldes, Taban Deng.
Los enfrentamientos empezaron el 15 de diciembre, cuando el presidente Salva Kiir acusó al ex vicepresidente Riek Machar de tratar de dar un golpe de Estado. Machar lo desmintió, acusando a su vez al presidente de llevar a cabo una violenta purga de sus adversarios. Este conflicto ha dejado ya miles de muertos y cerca de 200.000 desplazados.
Desde hace tres semanas, la comunidad internacional ha multiplicado los esfuerzos para reunir a las partes y encontrar una solución para poner fin a la violencia.
El ministro chino de Relaciones Exteriores, Wang Yi, que inició el lunes en Adís Abeba una gira africana, dijo que su país participa en los esfuerzos de mediación.
"Seguimos de cerca la cambiante situación en Sudán del Sur", declaró el ministro ante la prensa.
"Hemos desplegado esfuerzos de mediación y el representante especial del gobierno chino para Asuntos Africanos, en visita en la región, se reunió con ambas partes", añadió.
"Mientras esté en Adís Abeba (...) estoy dispuesto a reunirme directamente con ambas partes", agregó el jefe de la diplomacia china.
China, principal comprador del petróleo sursudanés y principal inversor en el sector petrolero, es un actor clave en este país africano. La producción se ha visto afectada por el conflicto.
Sudán del Sur y Sudán consideran desplegar una "fuerza mixta" para proteger los campos petroleros en Sudán del Sur, anunció el ministro sudanés de Asuntos Exteriores, Ali Ahmed Karti, tras una corta visita del presidente sudanés Omar al Bashir a la capital sursudanesa.
Preocupación por los civiles
Bashir hizo un llamado a la paz en Sudán del Sur, país que se independizó de Sudán en 2011, pero que sigue siendo un importante socio económico de Jartum.
En efecto, Sudán del Sur obtuvo la inmensa mayoría de las reservas petroleras de Sudán tras la partición del país, pero sigue siendo dependiente de los oleoductos del norte para la exportación. Asimismo, los honorarios que recibe Jartum por el transito de crudo es esencial para su frágil economía.
"La paz y la seguridad deben reinar en Sudán del Sur. Nuestra visita tiene como objetivo la paz en Sudán del Sur, para nuestros hermanos y hermanas sursudaneses. Nuestra relación es muy importante", declaró Bashir ante la prensa, antes de regresar a Jartum.
Mientras tanto, en el terreno, los combates se intensificaron diurante el fin de semana y continuaron el lunes.
El ejército sursudanés intenta retomar la ciudad estratégica de Bor, capital del Estado del Jonglei (este), que ha cambiado de mano en tres ocasiones desde que estalló la crisis. Las fuerzas gubernamentales afirmaron también que avanzan hacia Bentiu, capital del estado petrolero de Unidad, también controlado por los rebeldes.
Desde hace tres semanas se han reportado masacres y asesinatos étnicos, así como violaciones, en todo el país. El conflicto tiene una dimensión étnica: los Dinka de Kiir contra los Nuer de Machar.
Presente en el país, el presidente del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR), Peter Maurer, se declaró "especialmente alarmado por la violencia dirigida contra los civiles y gente que no participa en las hostilidades".
La ONG británica Oxfam hizo también un llamado a la paz, subrayando que "miles de familias que viven ya en la pobreza extrema han sido expulsadas de sus casas y desprovistas de sus medios de subsistencia".