Los principales partidos políticos de Portugal continuaban sus negociaciones cuyo resultado seguía siendo incierto a dos días de la fecha límite para solucionar la crisis política que sacude desde hace tres semanas a este país bajo asistencia financiera.
El Partido Social Demócrata (PSD, centro derecha) del primer ministro Pedro Passos Coelho, su aliado el partido conservador CDS-PP y el Partido Socialista terminaron al inicio de la tarde una nueva ronda de negociaciones para sellar, a pedido del presidente Aníbal Cavaco Silva, un "pacto de salvación nacional" que permita salir de la crisis provocada a principios de mes tras la dimisión de dos ministros clave.
En un comunicado conjunto lacónico, los tres partidos, que suscribieron el plan de rescate de 78.000 millones de euros acordado a Portugal en mayo de 2011, no precisaron si sus negociaciones continuarían.
Varios medios locales afirmaban que no se alcanzó ningún acuerdo hasta el momento. El presidente debía recibir por la tarde a Passos Coelho y al secretario general del PS, Antonio José Seguro.
Las dos formaciones de la coalición de derecha en el poder y la oposición socialista comenzaron el domingo las negociaciones y se dieron una semana para hallar una solución que, según el presidente, debe permitir al país concluir con éxito su programa de saneamiento financiero.
Pero el rechazo la víspera en el Parlamento de una moción de censura contra el gobierno respaldada por los socialistas parece haber cambiado el equilibrio de fuerzas. Passos Coelho, que la interpretó como una moción de confianza, parecía este viernes mucho menos dispuesto a hacer concesiones.
El primer ministro aprovechó el debate en el Parlamento para reafirmar la solidez de la coalición en el poder e indicar que tenía la intención de quedarse en el cargo hasta el fin de su mandato en junio de 2015.
Passos Coelho también rechazó sin decirlo la propuesta del presidente --destinada a contentar al PS-- de celebrar elecciones legislativas anticipadas en junio de 2014, cuando termine el plan de rescate. Esta eventualidad sólo haría "anticipar la incertidumbre", dijo.
El primer ministro aseguró igualmente que deseaba que el presidente llevara adelante su propuesta de remodelación del gabinete a través de la cual proponía promover a viceprimer ministro a Paulo Portas, cuya dimisión como ministro de Relaciones Exteriores precipitó la crisis.
Al proponer la semana pasada a los tres principales partidos portugueses firmar un "pacto de salvación nacional", el presidente omitió esta renovación. "Lo llevaré adelante", afirmó no obstante Passos Coelho.
Parece muy difícil que se alcance un acuerdo entre la derecha y la izquierda. Más aún cuando el jefe del PS, Antonio José Seguro, se encuentra bajo una fuerte presión en su partido para que rechace un pacto que implicaría avalar la política de austeridad, exigida por los acreedores de Portugal.
Los socialistas piden que se flexibilice el plan de rigor para favorecer el crecimiento y el empleo.
Seguro no quiso comentar las declaraciones de Passos Coelho. "No diré nada hasta que terminen" las negociaciones, declaró reprochando al jefe de gobierno haber hablado de más. "Los jefes de los partidos deben dar ejemplo (...) para que ninguna de sus palabras puedan perturbar" las negociaciones, agregó.
"Desacuerdo" tituló en su tapa el periódico económico Diario Económico agregando que "el acuerdo de salvación nacional pende de un hilo".
El presidente Cavaco Silva parecía también menos confiado que en el pasado. "Quiero que haya un acuerdo pero debe respetar la decisión de los partidos sea cual fuere", declaró.
El presidente, que había pedido negociaciones lo más breves posibles, pareció dispuesto incluso a dar más tiempo. "La precipitación puede ser el enemigo del bien", dijo.