El ejército sirio bombardeó varios barrios de Alepo, devastada desde hace más de un mes por encarnecidos combates, y lanzó además un feroz asalto en Damasco para tratar de reforzar su control sobre la capital.
Entre tanto las potencias occidentales buscaban medios para reforzar su ayuda a la rebelión y hacer caer el régimen de Bashar al Asad.
En el Líbano vecino, dividido entre adversarios y partidarios de Asad después de 30 años de hegemonía siria, los combates entre clanes rivales seguían en Trípoli después de dejar 10 muertos y unos 100 heridos en cuatro días. La comunidad internacional dice temer un desbordamiento del conflicto sirio.
Más de un mes después del inicio de la crucial batalla por el control de Alepo, la gran metrópoli del Norte, los rebeldes siguen oponiendo una feroz resistencia al ejército que lanzó el 8 de agosto una ofensiva aérea y terrestre.
El jueves por la mañana, los barrios de Sajur, Tarik al Bab, Bustan al Qasr y Al Shaar fueron bombardeados con artillería pesada, según militantes. En Tarik Al Bab, caía un obús cada cinco minutos, y un caza bombardeó el bario de Sajur, según la CGRS.
También se registraron combates en el barrio de Saladino, principal bastión rebelde donde un rebelde perdió la vida, al igual que en Seif al Dawla, Suleiman al Halabi y Hamdaniyé, precisó el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH).
Según esta ONG, rebeldes y soldados se enfrentaron cerca del aeropuerto militar de Menagh, en las inmediaciones de Alepo.
Ejército y rebelión aseguran que ganan terreno en Alepo. Un responsable de seguridad había augurado "una larga guerra".
"Terrible violencia contra los civiles"
En Damasco, se registraron combates en el barrio de Hajar al Asuad también sometido a bombardeos del ejército. Los rebeldes atacaron un retén militar en la carretera Deraa-Damasco dejando "al menos diez muertos o heridos", según la ONG.
Daraya, cerca de Damasco, también ha sido blanco de bombardeos de las fuerzas del régimen de Bashar al Asad.