El proyecto ecoturístico Ciruelos 1 y 2 cuenta con licencia ambiental otorgada por el Ministerio de Ambiente en el año 2009.

Así lo dio a conocer la directora de Parques Nacionales, Julia Miranda, luego de que se confirmara la construcción de 14 ecocabañas en el Parque Tayrona, por parte del abogado Alejandro Arias.

La funcionaria indicó que las autoridades ambientales adelantan un control permanente para que se respeten las normas y se ejecuten los estudios y el proyecto con la protección del ecosistema, sin que este sea afectado.

"Ellos pueden desarrollar las actividades necesarias para poder adelantar su actividad ecoturística. Nosotros lo que hacemos es un control de que cause el mínimo impacto posible, pero ellos todavía no han empezado a desarrollar ninguna obra, ni actividad dentro de esta licencia", aseguró la funcionaria.

Sin embargo, a cargo de este proyecto está la Sociedad Reserva Los Ciruelos S.A.S., integrada por dos miembros de la firma que tenía intereses en el hotel 7 estrellas, que el Gobierno declaró “muerto” el pasado 25 de octubre.
 
 

El abogado Arias dijo que "en este proyecto también están Juan Rafael Hurtado Yoda y Nicolás Simón Solano Tribín, accionistas y miembros de la Junta Directiva de la sociedad Promotora Arrecifes S.A.S.".
 
 

Según se puede leer en la página La Silla Vacía, el señor Solano Tribín recibió ayudas de AIS por casi 456 millones de pesos a título personal y otros 408 millones como representante legal de Inagro S. A.
 
 

El Ministerio de Ambiente, Vivienda y Desarrollo Territorial otorgó la licencia ambiental para el desarrollo de este proyecto 'ecoturístico', en terrenos adyacentes a la ribera nororiental de Bahía Concha, a la altura de la Playa Los Ciruelos.

 
El abogado Arias explicó que la licencia fue otorgada el 3 de abril de 2009 al propietario de los terrenos, Julio Sánchez Sierra, y que lo facultó para construir, inicialmente, 12 ecocabañas en un área de 24 mil metros cuadrados; tras un recurso de apelación le permitió construir dos muelles de acceso a la infraestructura del proyecto y otras dos cabañas, y además lo autorizó para hacer el vertimiento de aguas negras y grises en todas las etapas de construcción y puesta en funcionamiento.