El partido británico antinmigración y euroescéptico UKIP arrebató a los conservadores del gobierno otro diputado y es ya una nueva amenaza para el primer ministro David Cameron, además de la de los laboristas.
A falta solo de seis meses para las elecciones generales de mayo de 2015, Mark Reckless, un desertor de los conservadores, ahora candidato del Partido por la Independencia del Reino Unido (UKIP), superó a su rival conservador por poco más de 3.000 sufragios de diferencia en las legislativas parciales de Rochester and Strood (sur).
La votación fue el jueves pero los resultados se conocieron este viernes. El UKIP consiguió el 42,10% de los votos, los conservadores el 34.81%, los laboristas el 16,76% y los demoliberales de Nick Clegg, socios de la coalición gubernamental y tercera fuerza en las pasadas elecciones nacionales, siguen en caída libre y lograron sólo 0,87%.
"Todas las espaldas están en alto para las elecciones generales. Todo puede ocurrir", se felicitó Nigel Farage, el líder que ha propulsado al UKIP a un primer plano con su estilo desenfadado y su estampa favorita: sonrisa y pinta de cerveza en mano en el pub.
La intensa campaña de los 'Tories' para mantener la banca de Rochester and Strood no sirvió. Cameron llegó a visitar la circunscripción en cinco ocasiones, expresando su "absoluta determinación" a conservar el escaño.
Pero este viernes, el primer ministro encontró consuelo en que la diferencia entre primer y segundo "fue menor de lo que los analistas habían predicho".
Tras el anuncio de los resultados, Reckless llamó a los electores a hacer del UKIP el partido clave en las elecciones generales.
"Cualquiera que sea la circunscripción en la que usted vive, cualquiera que sea el partido al que usted apoya, reflexione sobre lo que representaría tener en Westminster un grupo de diputados del UKIP lo suficientemente grande como para mantener el equilibrio de poder", dijo.
Se trata del segundo escaño obtenido por el UKIP tras el triunfo de Douglas Carswell, otro tránsfuga del partido conservador, y alimenta el temor a nuevas deserciones.
"Me sorprendería que no hubiera más", dijo Farage amenazante.
Pero Michael Gove, ministro de Educación y responsable de mantener la disciplina en los rangos conservadores dijo contundentemente que "nadie va a desertar".
"He hablado con mucha gente diferente en el partido. Estoy 100% convencido de que nadie más lo abandonará", sentenció, en declaraciones reproducidas por The Guardian.
- ¿Voto de castigo o asalto al bipartidismo? -
Los analistas están divididos entre los que ven a Rochester como un paso más hacia el fin del bipartidismo, un fenómeno de alcance europeo, y quienes creen que las elecciones nacionales serán otro asunto y que se trató de un mero voto de castigo, como el de las últimas europeas, en las que se impuso el UKIP.
"Se está viendo a los electores usar las elecciones parciales para expresar su descontento contra los partidos tradicionales", estimó Dan Hodges, comentarista político y columnista del Daily Telegraph.
"Es importante constatar que de hecho el UKIP no ha ganado esas elecciones parciales: en cierto modo se apropiaron de escaños mediante candidatos que abandonaron a los 'tories'".
Los laboristas, que no esperaban mucho de Rochester, acabaron la jornada con una crisis por culpa de un mensaje en Twitter de la diputada Emily Thornberry.
El mensaje contenía una foto de una modesta casa con dos banderas inglesas colgando del balcón y una furgoneta típica de trabajador y la leyenda "Imagen de Rochester".
El tuit fue interpretado como condescendiente, los tabloides hicieron sangre con él y Thornberry tuvo que dimitir de su puesto de responsable de justicia de los laboristas.
Cameron se refirió al episodio este viernes. "Lo que eso significa es que el partido laborista de Ed Miliband se burla de la gente que trabaja duro, que es patriótica y ama su país, y eso es absolutamente terrible".