Desde hiperactividad y dolor de estómago hasta problemas de sueño, puede generar la ingesta excesiva de dulces en los niños. Esto que aunque es sabido, vale la pena recordarlo en la antesala de Halloween, la fiesta tradicional de “quiero dulces para mí” y en la que la felicidad de los infantes es llenar sus bolsas de la mayor cantidad posible de caramelos.
La noche de este 31, como ya es tradicional, las calles se verán colmadas de niños exhibiendo sus disfraces y haciendo un prolongado recorrido para llenar su bolsa con su más soñado botín: dulces. Sin embargo, su meta es consumirlos en poco tiempo y es allí donde los padres deben tomar conciencia en el cuidado que deben tener con el consumo de éstos.
Andrés Rojas, coordinador médico de Emermédica, brinda algunos consejos al respecto.
Así señala que el alto consumo de dulces puede afectar la salud de los niños, por eso se recomienda permitir a su hijo tomar pequeñas raciones, es decir, de una a dos porciones diarias. “Se debe ser riguroso en el control al momento de ingerir dulces, sin exceder las porciones recomendadas ya que puede afectar la salud, llevándolos a problemas relacionados con obesidad infantil o complicaciones con el azúcar como la diabetes; por ello es imperativo controlar y educar sobre este tema”, asegura.
Otro de los problemas más comunes que se desprende del mal manejo de estos alimentos en sus hijos, es que producen estados de agitación psicomotora que dan como resultado desordenes de sueño, ya que el azúcar aumenta la glucosa que se traduce en hiperreactividad.
“En cuanto a la parte digestiva, se pueden presentar contratiempos relacionados con el aumento de cólicos y dolor abdominal, igualmente síntomas como diarrea y vómito”, aseveró el médico, al tiempo que agregó que “también podemos relacionar alergias, cuando se ingieren caramelos que presentan fechas de caducidad. Hay que estar atentos a la información de los empaques y de las fechas de vencimiento”.
En general la ingesta de dulces debe ser restringida a una baja proporción diaria. Están contraindicados de manera absoluta en menores de 6 meses (menores lactantes); debe limitarse su uso en menores de dos años, y se debe prestar atención en hijos de pacientes diabéticos por la predisposición genética al desarrollo de esta enfermedad. Se pueden dar con tranquilidad -pero de manera responsable- en mayores de 2 años.
Finalmente el doctor Rojas advierte que los padres deben estar atentos a todos los dulces que reciben los niños, especialmente durante este mes, además deben administrarlos de manera responsable: “Es ideal dar una golosina tras cada comida y no antes de ellas, ya que pueden disminuir el apetito por sensación de satisfacción gástrica, tampoco es aconsejable al finalizar la cena porque puede interrumpir el sueño”.
Emermédica informó que entre enero y septiembre de 2017 ha atendido más de 4.000 citas pediátricas en Bogotá y Medellín, ciudades en las que presta este servicio. Las consultas más frecuentes han sido por patologías infecciosas leves: la primera por rinofaringitis aguda seguido de diarrea y gastroenteritis de presunto origen infeccioso, así como amigdalitis.
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