Aunque está prohibido por la ley, muchas empresas hacen exigencias al género femenino para acceder al mercado laboral.
51 por ciento de las mujeres que estuvo empleada en los últimos doce meses señaló que como requisito para ingresar a trabajar le exigieron prueba de embarazo, a 12 por ciento la prueba del VIH, a 2 por ciento el certificado de esterilización y 4 por ciento fueron despedidas por estar embarazadas.
Así lo revela la encuesta distrital de Demografía y Salud, realizada por primera vez en Bogotá, con un estudio detallado de cada localidad de la Capital sobre temas como la salud sexual y reproductiva, la violencia contra las mujeres, niños y adolescentes, la situación de la comunidad LGBT, y los adultos mayores, entre otros.
Para este estudio fueron entrevistadas 9.594 mujeres en edad fértil (15-49 años). En la investigación lograron determinar que la desigualdad de género sigue siendo un problema grave en la Capital, no sólo en cuestiones laborales, sino sociales, económicas, afectivas y hasta psicológicas.
Una muestra de ello es que a las mujeres a quienes les preguntaron si su esposo o compañero ha ejercido un tipo de control sobre ellas, respondieron afirmativamente 72 por ciento, seis puntos porcentuales más que el promedio nacional.
Otro dato preocupante es que 10 por ciento de las mujeres encuestadas aseguraron haber sido violadas por su esposo, y en las mujeres de 15 a 19 años, 10 por ciento afirmaron haber sido manoseadas sin su consentimiento, de las cuales 15 por ciento fue en el colegio.
Estos datos son bastante alarmantes, ya que, a pesar de que la mujer se ha abierto un gran camino en todas las esferas de la sociedad y ha promulgado tanto por la equidad de género, esta lucha se ha visto algo estropeada por los errados conceptos culturales y machistas; sin embargo, lo más preocupante es que no hay ningún espacio seguro para la mujer, ya que la violencia hacia el género femenino proviene de todas partes, desde el núcleo familiar hasta los compañeros de trabajo, entre otros.
Al igual que el promedio nacional, 37 por ciento de las mujeres de Bogotá reportó haber sufrido agresiones físicas por parte de su esposo o compañero. Las víctimas más frecuentes de este tipo de violencia son entre 45 y 49 años. Las Localidades que reportan mayores índices de violencia son Santa Fe y Usme, con 47 por ciento, y La Candelaria y Ciudad Bolívar con 46 por ciento. Por su parte las que presentan promedios más bajos son Chapinero con 21 por ciento y Teusaquillo con 23 por ciento.
Salud sexual y reproductiva
El mayor incremento poblacional en las grandes áreas urbanas como Bogotá, se debe a la migración, no obstante las otras dos variables demográficas, fecundidad y mortalidad, también inciden en el crecimiento de su población.
Desde los años sesenta, Colombia ha visto disminuir sus tasas de fecundidad como consecuencia de las campañas exitosas de planificación familiar y Bogotá ha sido de las zonas más favorecidas, pero el país, en especial las zonas urbanas, también sufrió en los últimos años un aumento de fecundidad adolescente, esto teniendo en cuenta que según datos de la encuesta solo 60 por ciento de las mujeres usan métodos de planificación familiar.
La tasa global de fecundidad en Bogotá es de 1.8 hijos por mujer, menor que la del país, y la mayor fecundidad se presenta de los 20 a los 29 años de edad. Las localidades que presentan mayor fecundidad son Sumapaz, Usme, Bosa y Ciudad Bolívar, seguidas por Santa Fe, San Cristóbal, Tunjuelito y Barrios Unidos, en tanto las de menor fecundidad son Teusaquillo y La Candelaria, cada una con un hijo por mujer.
El promedio del número ideal de hijos para todas las mujeres es 2.1 y para las mujeres en unión libre es 2.3, este promedio disminuye con el aumento del nivel educativo, por lo que no se diferencia por índice de riqueza.
En cuanto al conocimiento sobre los métodos anticonceptivos, el ciento por ciento de las mujeres encuestadas afirmó conocer alguno, independiente de su nivel de exposición marital y sexual.