Tres meses y medio después de la matanza de Newtown, el estado de Connecticut, escenario de la tragedia, aprobó este jueves el endurecimiento de sus leyes sobre las armas de fuego, convirtiéndolas en las más estrictas de Estados Unidos.
El gobernador demócrata Dannel Malloy firmó la ley, destacando la capacidad de Connecticut (noreste) para alcanzar un acuerdo entre los representantes de su fuerza y los republicanos en esta espinosa cuestión que divide al Congreso de la nación en Washington.
La Cámara de Representantes aprobó la reforma en la madrugada del jueves por 105 votos a favor y 44 en contra la reforma. El miércoles por la tarde, el Senado había dado el primer paso con un voto favorable de 26 contra 10.
De este modo, Connecticut se convierte en el tercer estado que endurece sus leyes sobre la posesión de armas de fuego luego de la tragedia del pasado 14 de diciembre en la escuela primaria Sandy Hook, que se saldó con 20 niños y seis adultos muertos a manos de un joven que luego se quitó la vida.
"No hay excusas para que los representantes (del congreso) o los senadores no vayan en ayuda de quienes representan", declaró Malloy, rodeado de padres que perdieron a un hijo en la matanza de Newtown, al mostrar a su estado como ejemplo para el país.
La nueva ley, negociada durante semanas entre republicanos y demócratas, vuelve obligatoria la verificación de los antecedentes de todos los compradores de armas de fuego para ventas públicas o privadas.
Más de 160 armas de asalto quedan prohibidas (contra 66 anteriormente), así como la compra y reventa de cargadores de gran capacidad (más de diez balas).
La edad requerida para comprar un arma semiautomática pasa de 18 a 21 años.
Además, las personas que han estado hospitalizadas en un establecimiento psiquiátrico no serán autorizadas a poseer armas durante cinco años (contra uno según la legislación anterior).
La nueva ley establece también la creación de un registro de personas condenadas por actos con armas, una novedad en Estados Unidos.
Cientos de manifestantes se habían dado cita frente a la asamblea legislativa en la capital Hartford para protestar por lo que consideraron una violación de sus derechos constitucionales.
Antes de Connecticut, los estados de Nueva York (noreste) y Colorado (oeste) habían adoptado una reforma para endurecer el acceso y la posesión de armas.
Maryland (este), donde un proyecto de ley se encuentra en la fase final de discusión, podría convertirse en el cuarto estado de esta cruzada.
De visita en Denver (Colorado), el presidente estadounidense Barack Obama pidió el miércoles al Congreso que modifique la legislación federal sobre armas para evitar más muertes.
Obama enfrenta una gran resistencia entre los congresistas, incluso en la bancada demócrata, para que se voten las reformas que propone, entre ellas la prohibición de los grandes cargadores y de las armas de asalto y un control sistemático de los antecedentes penales a nivel federal.
El proyecto de prohibir las armas de asalto, por ejemplo, fue retirado de la comisión del Senado que lo trataba, aunque se buscará reintroducirlo a través de una enmienda.
La poderosa Asociación Nacional del Rifle (NRA) se opone con todas sus fuerzas a cualquier intento legal de restringir el acceso a las armas en un país en el que el derecho a poseer un arma está garantizado por la Constitución.
AFP.