Conductores ebrios: no solo enfoque desde lo penal | El Nuevo Siglo
Miércoles, 17 de Julio de 2013

El derecho penal no puede ser la única medida, ni la más importante, para resolver la problemática de los conductores embriagados, consideró la Corporación Excelencia en la Justicia. En contraposición fijó que las campañas pedagógicas y las sanciones administrativas para los infractores de las normas de tránsito son herramientas muy relevantes que deberían implementarse de forma más intensiva, articulada y continua.

“Con todo, si se opta como medida político-criminal por el aumento de penas o por la creación del delito de conducción en estado de embriaguez -como ya lo han hecho otros países- será necesario prestar atención al impacto que esto tendría en la carga de la Fiscalía General de la Nación y de otras autoridades, así como en el sistema carcelario que hizo crisis desde hace bastante tiempo”.

Añadió que no ajustar la capacidad institucional (fiscales, jueces, salas de audiencia, etc.) para que se puedan asumir las nuevas responsabilidades no sólo limitaría los cambios normativos a simples expresiones simbólicas, sino que también podría desviar la atención que prestan las entidades a otros delitos de gran impacto social (delitos sexuales, corrupción, homicidios dolosos, etc.).

En el Congreso ya se han hundido varios proyectos de ley para modificar el Código Penal endureciendo las penas a los conductores en estado de alicoramiento que causan muertes o heridos.

En este sentido la representante a la Cámara por Bogotá, Gloria Stella Díaz ya anunció que insistirá a partir del próximo 20 de julio en una iniciativa en este sentido, a pesar que una propuesta similar no tuvo acogida en la pasada legislatura.

Sin embargo, la Parlamentaria adelantó que esta nueva iniciativa incluirá un agravante punitivo en el caso de que se trate de un funcionario público. “Que ahí se agrave más la pena y que eso se convierta en un momento en una causal de pérdida de investidura. Así lo vamos a proponer porque lo que menos podemos pensar es en que quienes tenemos la responsabilidad siendo funcionarios y servidores públicos de dar un buen ejemplo, mandemos el mensaje equivocado”.