Luego de admitir los elementos probatorios descubiertos en juicio por la Fiscalía 21 Seccional de la Unidad de delitos contra la Vida, el Juzgado Cuarto Penal del Circuito Especializado de Villavicencio condenó a 45 años y 6 meses de prisión a Oliberto Delgado Piñeros, alias Jetiplancheto, como coautor de los delitos de secuestro extorsivo, en concurso con homicidio, ambas conductas agravadas.
La providencia también afecta a Alfredo Centeno Prada, como coautor del delito de secuestro extorsivo agravado, quien purgará 40 años y 6 meses de cárcel.
Los hechos investigados ocurrieron el 26 de marzo de 2011, cuando Carlos Andrés Soto Leguizamón, quien se desempeñaba como albañil, salió a un encuentro con los hoy condenados para realizar labores de construcción. Según el proceso, ese día fue recogido en un vehículo y su familia no volvió a tener noticias de él. La esposa de Soto y el padre de la víctima recibieron llamadas en las cuales les exigían el pago de $400 millones a nombre de un grupo subversivo para liberar a Carlos Andrés.
Los plagiarios entregaron los documentos personales de identificación de Soto, a manera de prueba de supervivencia a los familiares, quienes entregaron $300.000 por la billetera. Además, lograron bajar las exigencias a $80 millones. El padre de la víctima, pensionado de una entidad estatal, les manifestó a los plagiarios que no tenía todo ese dinero y que necesitaba hablar con su hijo personalmente.
Investigadores del Gaula orientaron sus pesquisas al círculo de amigos que frecuentaba Soto Leguizamón y, en mayo de 2011, capturaron a Juan Carlos Guevara y Leomar Parra Lopera, quienes, a su vez, señalaron a Alfredo Centeno Prada y Oliberto Delgado como coautores en el plagio.
Juan Carlos Guevara, quien luego de un preacuerdo con la Fiscalía purga una condena de 22 años y 4 meses de cárcel, informó del homicidio del albañil, mientras Leomar Parra, también sentenciado a 42 años y 6 meses de prisión, confirmó que la víctima fue ultimada e indicó el lugar donde fue sepultado su cuerpo tras las heridas ocasionadas con un machete a la altura del cuello.
Los procesados purgan las condenas en la cárcel de Villavicencio.