El presidente de El Salvador, Mauricio Funes, negó que esté negociando con los líderes de las dos principales pandillas del país, que desde marzo pasado mantienen una tregua que según la policía ha incidido en una importante reducción de los homicidios.

"Ningún funcionario de gobierno se ha sentado a negociar con las pandillas (o maras), por un principio jurídico", destacó el mandatario durante una reunión con representantes de diferentes organizaciones de la sociedad civil en la Casa de Gobierno.

En alusión a artículos de prensa que mencionan un proceso de negociación con las maras reafirmó que "el gobierno no puede negociar con quienes están al margen de la ley", y aclaró que son los líderes de las pandillas quienes "se sentaron a negociar entre ellos".

A los referentes de las maras ya no se les puede aplicar el principio de "presunción de inocencia" porque "han sido condenados y han sido encontrados culpables de los crímenes" que se les imputaba, señalkó el presidente.

"Lo único que hemos hecho es facilitar este proceso (de diálogo) entre las pandillas, un proceso mediado por (el vicario castrense) Fabio Colindres", destacó el mandatario.

Sin una "respuesta social e institucional (...) vamos a seguir teniendo pandillas" porque esas agrupaciones ilícitas encuentran en los jóvenes "un semillero fértil del cual alimentarse", destacó.

Funes inició una ronda de conversaciones con empresarios, universidades y otros sectores después de que el 9 de marzo las principales pandillas --Mara Salvatrucha (MS-13) y Barrio 18-- acordaron una tregua, bajo la mediación de Colindres y el ex comandante guerrillero Raúl Mijango.

Gracias a esa tregua, el promedio diario de homicidios bajó de 14 a 5,5, según las estadísticas oficiales.

Tras la reunión de este lunes, Funes adelantó que una comisión del Ministerio de Seguridad Pública comenzará a procesar los aportes de los distintos sectores para elaborar una "propuesta nacional de pacto por el empleo", una propuesta de ley nacional de prevención de la violencia y una para mejorar las cárceles./AFP