"Las serias divergencias y contradicciones entre los acreedores, Unión Europea y Fondo Monetario Internacional (FMI), dificultan las negociaciones" con Grecia, dijo este martes el gobierno griego.
Dada "esta imposibilidad de entendimiento entre las instituciones (...) no puede haber compromiso", dijo el gobierno en un comunicado en el que subraya que la situación es "responsabilidad exclusiva" de los acreedores.
El gobierno griego acusa a la UE y al FMI de proseguir "estrategias diferentes".
"El FMI está de acuerdo en reducir el excedente primario (sin contar el servicio de la deuda) con la idea de (la necesidad) de reducir la deuda pública del país para que sea viable". Pero el FMI es intransigente sobre las "reformas" sobre el mercado de trabajo y el sistema de pensiones, dice el ejecutivo.
En cambio, la Comisión se "opone" a cualquier reestructuración de la deuda pero es más "flexible sobre las reformas duras" del sistema de pensiones y del mercado laboral, asegura.
"Dada esta gran divergencia, el gobierno griego ha decidido que no legislará sobre las reformas antes de que haya un acuerdo" con los acreedores.
Atenas y sus acreedores no acaban de ponerse de acuerdo sobre las medidas que el país debe adoptar para permitir el desbloqueo del último tramo de préstamos al país, de un monto de 7.200 millones de euros.
La duración de estas negociaciones ha afectado fuertemente a la economía griega, lastrada por la falta de liquidez. El 12 de mayo debe reembolsar al FMI 769 millones de euros.
El ministro griego de Finanzas, Yanis Varoufakis, que está realizando una gira por varias capitales europeas para abogar por la causa de su país, dijo el martes en Bruselas que no habrá acuerdo con los acreedores antes de la reunión de los ministros de Finanzas de la eurozona, prevista el 11 de mayo.
El lunes, el portavoz del gobierno Gabriel Sakellaridis subrayó que el ejecutivo heleno preveía un acuerdo con los acreedores "antes de finales de mayo o finales de junio", pero aseguró que el país va a pagar sus deudas.