Complicados augurios | El Nuevo Siglo
Lunes, 15 de Abril de 2013

En llave con Juan Guerra, La Barca le sigue el rastro a los entretelones de la reforma de la salud. Sabemos que el ministro Alejandro Gaviria ha expresado su malestar con el proyecto de ley estatutaria preparado por la comunidad científica y radicado personalmente por el propio presidente Santos porque va en contravía de muchos de los artículos de la propuesta que preparó y radicó el propio ministro. Existe un choque conceptual entre las dos iniciativas. De aprobarse la ley estatutaria como fue presentada, él renunciaría.

 

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Desautorización. Recordemos que el ministro declaró  en Caracol que el gobierno no tramitaría el proyecto de ley estatutaria, pues no había tiempo para darle trámite. Ese mismo día, a las 11 de la mañana, el propio presidente radicó un proyecto de ley estatutaria, lo que fue interpretado como un triunfo de los gremios y de Roy Barreras, y una tácita desautorización de Santos a su inmediato colaborador.

 

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Amenazas. En el Gobierno preocupan las "amenazas frecuentes" que el ministro ha expresado ante diversas personas sobre la posibilidad de renunciar. El Gobierno sabe que estos proyectos, considerados prioritarios para la reelección, hay que tramitarlos y la salida del ministro complicaría el panorama.

 

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Caso Esguerra. Allegados al ministro están preocupadas, pues en un afán de aprobar una reforma a cualquier costo, el Gobierno podría terminar negociando algunos temas que no le convendrían al país. Es por eso que  Gaviria insiste en su disposición de irse antes de negociar elementos que no comparte. 

El ministro entiende que le podrían terminar repitiendo la trastada que le hicieron a Juan Carlos Esguerra con la abortada reforma judicial, consistente en presionar negociaciones y después quitarle el apoyo.

 

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Cosas cafeteras. Nombraron al profesor Yarumo para neutralizar a los disidentes risaraldenses como gerente técnico de la Federación de Cafeteros, lo que es como nombrar a Juan Valdez gerente de la entidad. También nombran huilenses en Procafecol para acallar a los opitas.

El exgerente Gabriel Silva telefonea a los comités departamentales para decirles que Luis Genaro Muñoz se queda; que el que se va a ir es el ministro de Agricultura, Juan Camilo Restrepo.

¿Será que para echarle tierra a los desastres de Silva y de Genaro, el que paga los platos rotos será Juan Camilo, cuando fue el único que puso el dedo en la llaga sobre la Federación y quien más ha apoyado a los productores? Increíble.

 

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Ojo, presidente. Silva puso a sus pies a los comités de cafeteros pequeños para someterlos con las cuotas de presupuesto a costa de todos los productores del país. Esta herramienta está funcionando, pero no se sabe hasta cuándo.

Supimos que el lugarteniente de Silva, el controvertido Guillermo Trujillo, sigue vinculado como “asesor” a la Fedecafé, pese a que infunde desconfianza entre los productores, mantiene agenda abierta para intrigar en todo momento y está buscando otro cotizado puesto a como dé lugar en el alto Gobierno, lo que alborotará nuevamente a la llamada Dignidad Cafetera que jalonó el paro.