La importancia de la conservación de la biodiversidad marina en aguas fuera de las jurisdicciones nacionales (AFJN) o el Alta Mar, fue el tema que reunió durante dos días a nueve países de América del Sur en el taller “Hacia un nuevo instrumento internacional para la conservación y uso sostenible de la biodiversidad marina más allá de las jurisdicciones nacionales”
El objetivo del taller era generar un encuentro de representantes de Cancillerías que permita analizar elementos relevantes en la elaboración de un acuerdo internacional para la conservación de la biodiversidad marina en Alta Mar.
El Alta Mar cubre un 50% del planeta, e incluye en Suramérica ricos y diversos hábitats para múltiples especies de importancia ecológica y comercial, como ballenas, delfines, tortugas, atunes, tiburones, rayas y picudos entre otros.
Sin embargo, existe una débil gobernanza del Alta Mar. Es de trascendental importancia el apoyo por parte de los países Latinoamericanos, y del resto del mundo, al proceso de negociación de un nuevo tratado para la conservación y el uso sostenible de la biodiversidad en las AFJN que se está dando actualmente en el seno de las Naciones Unidas.
El taller convocó a representantes de Cancillerías de Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Ecuador, Paraguay, Perú, Uruguay y Venezuela y expositores de América Latina, Europa y los EE.UU., y analizaron temas relevantes para la conservación de los océanos tales como áreas marinas protegidas, evaluaciones de impacto ambiental, la construcción de capacidades y el uso de los recursos genéticos marinos.
Esos cuatro elementos son lo que se denominan “el paquete” acordado mediante la resolución 69/292 de junio 2015 por la Asamblea General de las Naciones Unidas, y que se discute durante el año 2016 y 2017, mediante dos reuniones anuales del Comité Preparatorio(PrepCom), en las que participan misiones diplomáticas de decenas de Estados, más de 30 ONGs agrupadas en la denominada High Seas Alliance, entre estas la Fundación MarViva.
Según José Fernández, director adjunto de Medio Ambiente y Asuntos Oceánicos del Ministerio de Relaciones Exteriores para los países de América del Sur es de vital importancia que se puedan generar instancias, fuera de los contextos formales de negociación, en los cuales se pueda trabajar profundamente los temas relacionados a la conservación y uso sostenible de la biodiversidad marina más allá de las jurisdicciones nacionales. El Ministerio de Relaciones Exteriores de Chile recalca su compromiso con este proceso de negociación y hace un llamado a continuar con este trabajo en el marco de Naciones Unidas.
Durante el taller hubo exposiciones de expertos que les permitieron a los asistentes conocer los elementos más relevantes que han sido discutidos y acordados en las reuniones PrepCom I y II; se identificaron áreas a fortalecer en el proceso de negociación y se presentaron experiencias nacionales y regionales para lograr una mejor comprensión de la relevancia de este proceso.
Jorge A. Jiménez, director general de Fundación MarViva, resaltó la importancia de brindar nuevos insumos a los Estados para que fortalezcan el proceso preparatorio del acuerdo y consoliden apoyos y liderazgos estatales y regionales para las reuniones de marzo y julio del PrepCom III y IV.
La ONU ha venido trabajando en un acuerdo para la protección de la biodiversidad en alta mar, vastas zonas situadas más allá de las jurisdicciones nacionales donde el principio de libertad a veces se traduce en una “ley de la jungla”.
En alta mar, “se puede hacer un poco lo que uno quiera y esto es lo que sucede en la práctica”, explica una fuente diplomática francesa. “Es la ley de la jungla”, afirma Julien Rochette, del Instituto de Desarrollo Sostenible y Relaciones Internacionales (IDDRI por sus siglas en francés).
El desafío es grande. Los territorios de alta mar, a partir de las 200 millas náuticas a partir de la costa, representan la mitad de la superficie del planeta.
Estas aguas tienen una biodiversidad excepcional, albergando desde numerosas especies de peces a ecosistemas, que son fuente de recursos para industrias como la cosmética o la farmacéutica.
Los océanos también guardan importantes recursos minerales (nódulos polimetálicos, agregados de cobalto), un patrimonio de la humanidad que corre el riesgo de ser agotado en el futuro.
Pese a sus 320 artículos, 9 anexos y dos acuerdos, la Convención de Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar, firmado en 1982, “no tiene mecanismos suficientes para garantizar una gestión coordinada en alta mar”, recuerda una fuente diplomática.