Vólmar Pérez Ortiz | El Nuevo Siglo
Viernes, 19 de Febrero de 2016

BÚSQUEDA DE LA PAZ

Las zonas de concentración

“Espacios para garantizar dejación de armas”

 

El Gobierno nacional ha convocado a sesiones extras al Congreso de la República para modificar de nuevo la Ley 418 de 1997  y solicitar facultades con el fin de acordar las zonas de concentración donde se ubicarán los integrantes de las Farc, en el marco del proceso de desmovilización y desarme de esta organización armada ilegal que verificará una misión especial del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, según se ha anunciado.

 

El proyecto de ley que está presentando el Gobierno debe definir con mucha claridad y precisión en qué consisten las zonas de concentración para que, como ya lo han planteado algunos, no se confundan con zonas de despeje o áreas desmilitarizadas. En esos puntos geográficos debe garantizarse la presencia del Estado  a través de las instituciones y delimitar los ámbitos de competencia de los municipios y departamentos sobre las mismas.

 

Por otra parte, no pueden ser muchas porque la fuerza pública tiene que hacerle frente a otros grupos armados, ni establecerse donde haya presencia simultánea de estas organizaciones. También deben quedar alejadas -como recomiendan algunos congresistas- de las zonas urbanas y de las líneas fronterizas.

 

Así mismo, tendrán que adoptar una reglamentación especial sobre su funcionamiento y las medidas de seguridad que correspondan. Esos espacios geográficos serán para garantizar la dejación de las armas y el cese al fuego definitivo.

 

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El paro armado del ELN

No se entiende cómo el ELN buscó conmemorar los 50 años de la muerte de Camilo Torres, el “cura guerrillero”, a través de un paro armado. Esa decisión es desafortunada. Reivindicar la memoria  del padre Camilo Torres con actos de violencia  no es la mejor forma de tributarle un homenaje a un hombre que sacrificó su vida por el camino equivocado luchando por sus ideales. Para tal efecto sus discípulos promovieron actos académicos. Pero un paro armado lo único que podía traer era más muertes y destrucción.

 

La verdad es que no se entiende racionalmente la postura que ha venido asumiendo el ELN. Adportas de iniciar conversaciones de paz con el Gobierno viene ejecutando actos violentos en diferentes regiones del país que desdicen de su real voluntad de paz. Unido a ello no ha liberado a los secuestrados que mantiene  cautivos.

 

Hay que recordarle al ELN  que el secuestro es un crimen de guerra que, según la ONU, también puede ser delito de lesa humanidad sancionado como tal por el estatuto de la Corte Penal Internacional.

 

Este grupo armado en lugar de desescalar la confrontación armada y prepararse para privilegiar el diálogo político, lo que ha hecho es arreciar sus actividades violentas creyendo absurdamente que con ello se va a posicionar en un eventual proceso de paz. A esta organización  armada ilegal se le está haciendo tarde entender la necesidad de abandonar la lógica de la guerra  haciendo menos delincuencial sus métodos y, por ese camino,  ir preparando las condiciones para explorar la viabilidad de un acuerdo de paz.