Ciclogénesis
Hace pocos días, Europa vivió un fenómeno meteorológico llamado ciclogénesis explosiva, o borrasca profunda, que produjo varios muertos, inundaciones y multitud de emergencias en varios países. De hecho, cuando se habla de ciclogénesis se alude al desarrollo de varios tipos de ciclones que pueden degenerar en tornados o trombas marinas y que van desde los estrictamente locales hasta los que tienen dimensiones regionales y continentales. En cualquier caso, se trata de hechos muy graves que, a pesar de haber sido anunciados, generan traumas sociales sumamente difíciles de controlar, frente a los cuales las autoridades tienen un margen de maniobra muy escaso.
Que es exactamente lo que está sucediendo con el cese unilateral de hostilidades decretado por las Farc para revestir la retórica pacificadora que comparte con el gobierno Santos del encanto mítico de las fiestas de Navidad y Epifanía. Retórica que muy pronto se desmorona ante la contundente evidencia que produce la naturaleza criminal de sus inspiradores porque más se tardaron en declararla que en dar paso a esa ciclogénesis explosiva con diversos atentados, muertos y heridos.
Por supuesto, todo acto terrorista que se produzca en este contexto es automáticamente soslayado por un Gobierno al que más le preocupa la firma de varios preacuerdos con las Farc para sobrevivir en las encuestas antes que proteger al ciudadano o poner en su sitio a los perpetradores. Es por eso que tan pronto como se producen los actos violentos, empiezan a tejerse todo tipo de excusas para absolver a los terroristas sembrando entre la población la idea de que se trata de hechos aislados, o de células de las Farc que estarían actuando por su cuenta y riesgo, desobedeciendo los dictados del Secretariado.
Por fortuna, la gente es mucho más perspicaz a estas alturas y son muy pocos los que creen en el dichoso cese el fuego, o en el idílico montaje de La Habana a sabiendas de la trampa que se teje. Perspicacia que en términos meteorológicos equivale a la ciclólisis, es decir, a la erradicación de los ciclones, porque no solo en Colombia se desenmascara el engaño sino que de los Estados Unidos van llegando las solicitudes de extradición para varios de los negociadores apoltronados en Cuba.
Todo un poderoso sistema anticiclogénesis con el que -en su acendrado mutualismo- no contaron nunca ni el Gobierno ni las Farc.