LO cierto es que ilusión y deseos están bloqueados desde el 21 de noviembre a punta de paros, marchas y destrucción pública, para reclamar respuesta gubernamental, legislativa y empresarial, para vida limpia y justa para todos.
Los defensores de bloqueos se presentan como dueños del giro que espera el país. Afirman que se requiere un multimillonario conjunto de voces para el -canto por Colombia-; Es válida con paréntesis esa figura de sindicatos, confederaciones laborales y organizaciones culturales.
Y es válida porque están desahogando sentimiento refrenado durante décadas por ejercicio autoritario, con voz de mando, pero ignoraron que vendría una generación creativa, carente de cultura ciudadana.
Y esa figura gradualmente se configuró alrededor de los tradicionales, partidos políticos, quienes actuaron como líderes y dueños de la democracia criolla; Así tejieron las primeras puntadas en el telar de la politiquería.
El fondo de esta costura se ha reflejado en varias épocas en el Congreso de la República; igual siguen los pasos asambleas departamentales y concejos municipales, donde hacen curso político.
Algunos parlamentarios asomaron en su ejercicio proponiendo entidades descentralizadas de Gobierno e institutos, a diestra y siniestra; algunos se fueron por la siniestra, sembrando semillas para corrupción con mata floreciente.
En la actualidad, el telón está abierto para el gran teatro, musicalizado con la Ley de Financiamiento interrumpida, porque esa partitura quedó dispareja a punto de ahogarse.
Ha alcanzado a clasificar en el Congreso, la cadena de un tiempo para acá, denominada Reforma Tributaria. Es partitura delicada, si deciden catarata de impuestos a sectores empresariales y ciudadanos de todo estrato.
La suspensión del IVA, tres veces al año, tiene dos sabores: Uno, dulce de contentillo, para comercio y otro, amargo, porque despierta intensa congestión gástrica en la Dian, que dirá al final de 2.020, que el Iva suspendido le provocó un hueco en recursos.
Y la discusión laboral para generar trabajo, se ha debatido con iguales argumentos hace años. El salario básico se discute en profundidad de las chequeras y fondos pesados, en el gran salón social de la economía.
En las decisiones hay y habrá debate caliente y repetitivo alrededor de la cifra del básico, tanto como el carameleo con el sistema pensional que debería ser columna fundamental para muchos, a punto de recibir ese beneficio.
El ciudadano sigue con desapego debates económicos y sociales en Senado y Cámara. Los llamados en otras épocas, “padres de la Patria,” tienen como especialidad oponerse a todo, con grito y manoteo para aplazar sesiones.
Hay razones que sugieren no cantar colombianismo ahora, se escuchará destemplado, con amargura; El país, es el reino unido del desorden.