Las leyes demasiado benignas rara vez son obedecidas; las demasiadas severas, rara vez ejecutadas.
Benjamin Franklin
Este 2018 tendrá un lugar muy especial en la historia de Colombia. Un accionar electoral muy agitado, con comicios institucionales y atípicos. Elecciones parlamentarias y presidenciales en primera y segunda vuelta.
Por otra parte, consultas de cuanto se nos ocurrió: de partidos, de anticorrupción de convocatorias populares revocatorias en departamentos y municipios como resultado de investigaciones y fallos judiciales, para elección de nuevos mandatarios locales, etc.
El Congreso de la República estrenó el régimen de bancadas para gobierno, para independientes y para oposición. Se incrementó su integración, con nuevas curules, para los exfarc y para la fórmula presidencial perdedora.
La elección de la dupla, Iván Duque y Marta Lucía Ramírez despertó muchas expectativas, basadas en sus anunciados programas y propuestas de campaña.
La presentación de unas reformas, sin socializar, a las que se suma la inmadurez política de gran parte del gabinete, han traído muchos dolores de cabeza, que para mí entender, podrían haberse evitado si el Presidente hubiera iniciado, a partir del 8 de agosto, una jornada pedagógica, presentándole al país, la radiografía, área por área, de cómo lo recibió, en lo económico y administrativo. Enunciando soluciones, con el aporte, esfuerzos y sacrificios de todos, para lograr un mejor devenir, para los colombianos.
La innovación en el Congreso, con el régimen de bancadas y la actitud del Ejecutivo de eliminar la “mermelada“, su accionar ha sido de contrastes.
La izquierda haciendo su tarea, desestabilizar al país.
Los escándalos de corrupción se han convertido en la “tele-novela” de mayor sintonía.
El fiscal, en el ojo del “huracán Odebrecht”, los carteles: de la salud, alimentación escolar, de la toga, de las 4G, Electricaribe, amén de los escándalos regionales y municipales, que han movido el cotorro político, si entendemos que en octubre próximo, estaremos eligiendo nuevos gobernadores, diputados; alcaldes y concejales.
La baja en la popularidad del joven Presidente, motivada por la pésima presentación de la reforma tributaria, por un ministro, que a pesar de su experiencia no valoró sus actividades profesionales, que si bien es cierto, no contenían inhabilidad judicial, si reñía con la ética y la política.
La reforma política le está aplicando respiración boca a boca.
Al final, dado de baja “El guacho”, el año para Duque y su equipo termina con moñona, si Duque quiere recuperar la confianza de su electorado, por ahí es el camino.
Requiere, por lo demás, recuperar la confianza en sus electores. Todos queremos que a Duque y su gobierno les vaya bien.
A nivel internacional está el tema de Venezuela, Maduro y su régimen corrupto y amoral. Veremos que sucede en enero con la supuesta elección. Pareciera que no hubiera camino distinto al de una intervención militar conjunta directa de la ONU para terminar con este régimen que tanto dolor la causa no solo a su pueblo, a nosotros, sino a toda la comunidad internacional.
Feliz Navidad y próspero 2019.
Puntilla: Esta columna de opinión reaparecerá para la segunda semana de enero 2019. Al Nuevo Siglo, infinitas gracias por su columnista de opinión desde 1995. Sigan siendo felices, Rafa les dice.