En un libro titulado Una nación conservadora, los autores sostienen que en un corto periodo de tiempo, gracias al poder del movimiento conservador, los Estados Unidos han dado un giro hacia la derecha de modo que el país en la actualidad se trata de una nación profundamente conservadora en las cuestiones fundamentales, independiente de quien esté en la casa Oval (Miclethwait y Wooldrige, 2004).
En la historia electoral reciente, los republicanos obtuvieron triunfos aplastantes como en las elecciones de 1970, 1980, 1984 y 1988 cuando ganaron en todos los estados. Su poder se mantuvo en la Casa Blanca hasta el 2004 con la llegada de Barack Obama.
La actual campaña a la presidencia ha estado enmarcada por los escándalos de ambos candidatos. El establecimiento norteamericano ha visto con sorpresa como Mr. Trump le ganó a todos los republicanos, incluyendo a Jeb Bush, lo quel causó el dolor irreparable de la familia, a tal punto que dicen que los Bush están trabajando para los Clinton.
A pesar de los escándalos, Mr. Trump sigue ahí cautivando a los incautos analistas políticos de CNN, especialmente, despertando toda clase de sentimientos, mostrando una cara de los Estados Unidos que nadie quiere ver. La cara de una nación venida a menos.
En efecto, la campaña de Mr. Trump puso en evidencia la cruda realidad norteamericana, económica y social. A tal punto que en una entrevista concedida a Alfredo Ferrer, Diana Jhonstone sostiene que Hillary Clinton es mucho peor que Donald Trump. Hillary Clinton “también debería ser motivo de preocupación”.
Jhonstone sostiene que Trump no se ajusta al molde del político tradicional norteamericano. Los medios de comunicación establecidos han sido lentos en reconocer que el pueblo estadounidense está completamente cansado. (Ver Por qué Hillary Clinton es mucho peor que Trump)
Tal vez, ese sea el punto de quiebre. Mr. Trump no se ajusta al molde del político tradicional norteamericano. De ahí, su éxito mediático.
Si de escándalos se trata, al día siguiente de terminar el tercer debate salió la cantante Madonna, ya en decadencia, ofreciendo sexo oral a todo aquel que votara por Hillary. Ante lo anterior, yo me pregunto por qué la sociedad norteamericana le perdona todo a Hillary pero es tan punitiva con todo lo que dice, hace o deja de hacer Mr. Trump.
Teniendo en cuenta que Richard Nixon dimitió por una grabación a los demócratas, el escándalo de los correos electrónicos debió producir el rechazo de todo el establecimiento tan dado a proteger lo que ellos llaman National Security.
Definitivamente, los tiempos cambian, con ellos los valores morales.
Pero, no solo es el escándalo el que ayuda a Mr. Trump. También, lo es la crítica situación social, económica, que padece los EE.UU. Tiene un déficit de U$ 23 trillones, trillones, una deuda superior al 104% del PIB, una economía con deflación sumado a más de 5% de desempleo, con bajo crecimiento económico y altas tasas de interés.
Sobre la política exterior de Obama, mejor preguntarle a Putin. A complete disaster.
Tengo la sensación que así como en el Brexit, o en el plebiscito fracasado de JMS, se producirá un voto castigo en la próxima elección presidencial norteamericana con un resultado final que dejará a más de uno con la boca abierta. En esta ocasión, si yo fuera gringo emitiría un voto castigo, sobre todo por el segundo mandato de Obama. A complete disaster.
Si gana Hillary, después no se quejen.
Puntilla: Si JMS sigue jugando con candela, ¿resistencia civil?