Un fallo de tutela le pide al presidente Duque retirar su trino por el aniversario de los ciento y uno años de la fiesta del 9 de julio de Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá, que fue proclamada por el Papa Pío VII, en 1829, como Patrona de Colombia, a quien como católico, en acto de fe, también le eleva una oración. Asunto que impugnará.
Sin la tutela, simplemente el mensaje del Presidente haría parte de los pensamientos y vivencias que ahora dan sentido a todo el mundo las cuentas en redes sociales. Con la tutela se entra al debate frente al Estado laico que consagra la Constitución de 1991, que como tal consagra la libertad de cultos y de conciencia, cuyo objeto final es no determinar una religión oficialmente como la nacional.
Si bien es común asociar la tolerancia con una recta o con el mismo centro, en Colombia parece estar en línea inclinada. A quien es conservador o católico -a ambos en particular- se les exige, con una vara más alta, el hecho de guardar el equilibrio y la compostura y de mantener la actitud abierta frente a la opinión diversa del otro. ¡Cuidado ha de tener él cuando piense diferente, ha de temer! Caso contrario pasa cuando quien está al otro lado de la balanza es progresista, más liberal o de izquierda.
La tolerancia es una actitud, o mejor virtud, que se comprende en mayor medida cuando se observa desde la capacidad del cuerpo para aceptar ciertas sustancias, si bien no es un monólogo por la cual se respeta la creencia del otro sólo si se trata de la propia. En forma parecida pasa cuando hay conflicto de intereses o acuerdo de voluntades que todos parecen están disponibles si y solo si se aprueba su posición.
En términos de tolerancia, el Presidente es también un ciudadano como todos, sujeto de derechos y libertades, con deberes como tal y especiales como máximo representante de la sociedad. Bien recordó que el preámbulo de la carta magna invoca el nombre de Dios y cuestionó cómo en el país, con uno de los mayores números de fiestas en el mundo, no se aduce a la libertad religiosa cuando se trata de los puentes y días festivos.
El primer mandatario fue especialmente cauteloso en la introducción del trino al escribir: “respetando las libertades religiosas de nuestro país” y sólo hasta después, en uso de sus derechos y libertades, también subraya: “y en clara expresión de mi fe”, de manera que, sin interferir las creencias de los demás, continúa con encomendar a la Virgen María -que quiere gran parte del país- la mención: “hoy celebramos los 101 años del reconocimiento a nuestra Virgen de Chiquinquirá como patrona de Colombia. Todos los días en profunda oración le doy gracias y le pido por nuestro país”. A esta oración me uno, de manera especial en estos momentos, con la venia de quienes piensan distinto.
*Presidente Corporación Pensamiento Siglo XXI
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