La extraña  abulia  que se vive con ocasión de las próximas elecciones que, dicho sea de paso, no es mucho el entusiasmo el que han suscitado, situación extraña porque se pretende  elegir al mandatario local así como a  todo el cuerpo  de  concejales.  Tan “sui generis” es el estado que buena parte de los ciudadanos aptos para hacerlo han estado pensando en abstenerse, aunque  no utilizar la oportunidad que dan la Constitución y las leyes para tratar de participar en definir la manera como se desea que debe manejarse la capital en los próximos años no es una buena actitud.

Este desgano, por darle a la abulia otro nombre, se  vio perturbado la semana anterior  con un episodio digno de una película de suspenso con un montón de circunstancias que aunque algunas se han publicado, la imaginación da para elaborar toda clase de pensamientos acalorados alrededor de la evasión de la senadora electa, pero condenada por delitos contra la pureza del sufragio que perpetró la evadida para tratar de no cumplir la condena a la cual se hizo acreedora por pensar casi en forma desaforada.

Hay que reconocer que lo realizado por la senadora es digno de todo aprecio en cuanto a las circunstancia de tiempo modo y lugar en los cuales se realizó la hazaña de la evasión. No cabe la menor duda que se trata de una mente, la de la evadida, iba a mencionar “privilegiada”, pero pudiera interpretarse que lo que hizo es digno de aplauso y encomio. Una vez condenada se tiene que entender que quién es objeto de la acción de la justicia, tenga sus razones íntimas y personales para no estar de acuerdo con la sentencia; eso es perfectamente comprensible y más si viene de una persona que no sabe, cuántos años tendría a su haber haciendo lo que en esta oportunidad la justicia encontró reprobable y digno de aplicar el castigo previsto para este tipo de contravenciones de la normas que rigen lo que debe ser el respeto por la pureza del sufragio.

¿Cómo sería el minucioso trabajo de organizar todos los detalles que se necesitaban para lograr el éxito en estas tareas de la evasión?  Hay que suponer que todo lo organizó desde su condición de recluida en la cárcel en su condición de condenada, contando con la facilidades o digamos falta de diligencia de los encargados de la penitencia. Las visitas sucesivas al odontólogo tuvieron que ver con el proceso de evasión. El arreglo con el motociclista en cuanto a la hora y sitio de la evasión que la recogió forma parte de los detalles que tuvieron que ser cuidadosamente tenidos en cuenta para la operación que resultó bien elaborada como si fuera para una película de suspenso; y a propósito esta manipulación fue tan bien elaborada que constituye un tema del mayor interés para una película.

Nuestras autoridades fueron burladas; esta evasión debe ser motivo para que se pongan las pilas.