Soberanía o extradición | El Nuevo Siglo
Viernes, 21 de Junio de 2019

"La probabilidad de perder en la lucha no debe disuadirnos de apoyar una causa que creemos que es justa": Abraham Lincoln

Un tema de nunca acabar, en nuestro país, es la extradición. Es la negativa de un país de juzgar a sus nacionales y entregárselos a una justicia extranjera para juzgarlos por posibles delitos cometidos en su territorio.

Lo más grave es que se está volviendo a extraditar con fines políticos, disfrazados con posibles delitos comunes, para poderlos juzgar en el exterior.

A raíz de la polémica desatada por el expresidente Álvaro Uribe Vélez y la senadora Paloma Valencia y otros miembros del CD sobre si existe o no tratado de extradición con EE.UU, en medio del proceso jurídico contra el exministro Andrés Felipe Arias por el caso de Agro Ingreso Seguro, dijeron que “la extradición de Andrés Felipe Arias es ilegal y que Colombia no tiene tratado de extradición con Estados Unidos”.

Lo más sensato ante esta incertidumbre es volver a negociar un Tratado de Extradición con los Estados Unidos, en donde queden claras todas las reglas de juzgamiento, que se cumplan las garantías con las  cuales se extraditan los nacionales, y que simples raspachines o ayudantes puedan en muchos casos ser juzgados  en el país y que los miles de millones de dólares que pagan los extraditables a la justicia norteamericana se dividan entre los dos países, por el nuestro también es víctima de ese flagelo del narcotráfico.

Por ejemplo, a finales de 2015, los Estados Unidos exigieron a Honduras que entregara a la justicia americana al abogado y empresario de ochenta años, Jaime Rosenthal, quién fuera miembro del congreso nacional de Honduras y vicepresidente del país. En octubre de 2015 las cuentas en los bancos estadounidenses pertenecientes a Rosenthal y sus familiares fueron embargadas.  El motivo formal es la acusación de la familia Rosenthal de que el blanqueo de dinero había beneficiado a la delincuencia del tráfico de drogas.

Al exdictador de Panamá, Manuel Noriega, después de que se negara en 1987 a proporcionar territorio panameño para actividades contra Nicaragua, el gobierno estadounidense lo acusó de tráfico de drogas y lavado y en aras del "restablecimiento de la democracia” invadieron y el jefe de un estado soberano, fue capturado en la capital de su propio país.

A nivel mundial está el caso del ciudadano ruso Víctor Bit que en el 2008, fue detenido por la policía de Tailandia acusado de ayudar a los "terroristas" colombianos de las Farc.

Otro caso de alto perfil está relacionado con la detención en Liberia del piloto ruso Konstantin Yaroshenko y su posterior extradición a los Estados Unidos, acusado del   transporte de 4 toneladas de coca a Liberia y Ghana cuyos proveedores de la sustancia ilegal eran militantes de la organización de izquierda Farc, que operaban en Colombia.

Considero que debemos Juzgar aquí a nuestros nacionales que no hayan cometido delitos en el exterior. Tenemos jueces y tribunales capaces de hacer justicia. Son muchos los países que no extraditan a sus nacionales y no les pasa nada.

lorenarubianof@gmail.com