Este fin de semana se decide quién será el alcalde de Bogotá y parece que la decisión tendrá lugar entre Carlos Fernando Galán y Claudia López, quienes se encuentran en empate técnico. Las simpatías personales iniciales estaban con Galán y Miguel Uribe Turbay, respectivamente hijo de Luis Carlos Galán y nieto de Julio César Turbay, es decir, los líderes del partido liberal con quienes se logró mayor acercamiento personal en el pasado; siempre se contempló una alianza entre Carlos Fernando Galán y Miguel Uribe Turbay como base de la alternativa deseable pero no hubo voluntad en el primero.
No se tuvo inclinación personal, en ningún momento, por Claudia López y Hollman Morris y se indican las razones. En alguna ocasión, como espectador de entrevista por TV a López en Noticias Uno, ella acusó de corrupta a personalidades mencionadas en el reportaje, lo cual luce correcto y elogiable en principio pero hubo un rasgo inaceptable: se trataba de acusaciones sin pruebas y quien escribe rechaza esta combinación. Respecto a Morris, la objeción radica en su mentor, o sea, el exalcalde Gustavo Petro a quien se considera un administrador deficiente e influirá en Morris. En relación con Turbay, se está en desacuerdo con la vinculación del expresidente Álvaro Uribe, aunque se reconoce su mérito como el político más carismático e influyente de los últimos tiempos y el Centro Democrático (¿Derecha Democrática?) se impuso en las últimas elecciones presidenciales.
Se anunció, al cabo de 77 años de debate (¡demora increíble!) la iniciación de la construcción del Metro elevado de Bogotá en su primera línea; sin embargo, hay objeciones y reservas, tal como las expone Eduardo Sarmiento en “La adjudicación del Metro de Bogotá” (El Espectador, octubre 20): “licitación con estudios incompletos”, “la ligereza científica con que se adoptan las decisiones cruciales para el bienestar público”, los estudios se habían hecho “para un metro subterráneo”, “el metro es un suplemento del Transmilenio”, “el metro subterráneo está en capacidad de movilizar muchos más pasajeros que el aéreo”, y “permite ampliaciones y extensiones mucho mayores”, “los proyectos faraónicos se realizan sin estudios suficientes y detallados”. En fin, parece que las controversias no han finalizado.
Se pasa, a continuación, de lo doméstico a lo internacional con el caso de los “ajustes sugeridos por el Fondo Monetario Internacional (FMI)” en Ecuador y se comparte la conclusión de Juan Camilo Restrepo: “cuando hay subsidios muy abultados no se pueden eliminar abruptamente porque inmediatamente generan reacciones de la ciudadanía”…”un aumento brusco del 120% en el precio de los combustibles simplemente no es digerible por la sociedad”. Por último, causan pesar las dificultades tradicionales de los kurdos.