SAMUEL HOYOS MEJÍA* | El Nuevo Siglo
Sábado, 23 de Noviembre de 2013

El final del Partido Conservador

 

Más  de 150 años de historia del Partido Conservador han llegando a su fin. Una larga historia de participación democrática en la vida de nuestra República, se desvanece en manos de los actuales dirigentes de la colectividad. El partido, ya no representa una ideología, ni unos principios ni un proyecto de país, se ha convertido en un escuálido aparato electorero al servicio de los parlamentarios.

Hoy más que nunca cobra valor la frase de Álvaro Gómez: “hay más conservadores que partido conservador”, efectivamente, la colectividad terminó adquiriendo la dimensión de sus líderes y dejo de ser “la fuerza que decide” para convertirse en la sirvienta del régimen, sus dirigentes y representantes prefirieron arrastrarse por la escasa mermelada que con desprecio les tira el Gobierno, antes que representar los intereses de los conservadores.

Pero esto no quiere decir que debamos lamentarnos o reprochar la actitud de estos prohombres de la manzanilla, todo lo contrario, gracias a ellos el partido se acabará para poder renacer, tal vez era necesario que cayera en manos de los clientelistas para tocar el fondo y así poder depurarse.

En las próximas elecciones verán cómo los conservadores votarán masivamente al Uribe Centro Democrático, porque la Seguridad Democrática, la Cohesión Social, el Estado Austero y la Confianza Inversionista, son principios que identifican a los conservadores. En cambio, rechazan la impunidad para el terrorismo, los saqueos a la Dirección Nacional de Estupefacientes, el carrusel de la contratación, los micos de la fallida reforma a la justicia, la burocracia desmedida, la legalización del crimen y el abandono de nuestros soldados.

Los politiqueros del Partido Conservador no tendrán puestos ni lechonas suficientes para evitar que el expresidente Uribe los entierre el 9 de marzo. Mientras sigan montados en el barco de Santos, como pasajeros de segunda, se hundirán con él y cuando eso suceda, su conocido oportunismo ya no será oportuno. Ojalá se acabe el actual partido, y con él se vayan los miembros del directorio y los parlamentarios, que más bien deberían estar en el PIN o en el Partido Liberal, pues allá, para obtener un aval, no se necesita hoja de vida sino prontuario.

Si algo les queda de dignidad, y de astucia política, el partido debería aceptar la invitación del UCD de hacer una consulta interpartidista para escoger un candidato único a la Presidencia o apoyar a Óscar Iván Zuluaga, como lo estamos haciendo los conservadores.

 

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Doctora Marta Lucía Ramírez, en sus manos esta la transición, para que algún día, las ideas, los principios y la renovación, sean los jefes del partido.

@shoyos

*Profesor Universidad Sergio Arboleda