Rafael Nieto Navia | El Nuevo Siglo
Martes, 3 de Marzo de 2015

Tribunal mixto especial para Colombia

 

La excandidata presidencial Marta Lucía Ramírez lo propuso hace algunos días y el exsecretario general de Naciones Unidas (ONU), Kofi Annan, lo sugirió recientemente en La Habana: como el proceso de paz y la justicia transicional, muy a pesar de nuestro Fiscal, no pueden degenerar en impunidad porque se activaría la jurisdicción de la Corte Penal Internacional (CPI) y  como los miembros de las Farc no quieren someterse a la justicia colombiana, y los enemigos del acuerdo lo son porque  no aceptan la impunidad, la solución podría ser un tribunal mixto (internacional y nacional) que ofrezca neutralidad y garantías para juzgar a los culpables de infracciones graves al Derecho Internacional Humanitario (DIH) y crímenes de guerra.

La experiencia de la ONU en esta materia es positiva. En mayo de 1993 el Consejo de Seguridad (CS) creó el Tribunal Penal para la Antigua Yugoslavia y en noviembre de 1994 el de Ruanda, muy parecidos pero no idénticos porque el primero era un conflicto internacional y el segundo uno interno en el que el genocidio y los crímenes de lesa humanidad tenían una gran importancia. Característica fundamental: jueces y fiscales internacionales de alta calificación, elegidos por la Asamblea General de la ONU y el CS. Sus Estatutos los diseñó el CS y sus reglamentos los crearon los propios tribunales.

En ciertos casos especiales y con base en la experiencia de los tribunales penales  internacionales, el CS y la ONU han participado en la creación de tribunales mixtos para conflictos internos: en Sierra Leona se creó uno en 2002 por acuerdo entre la ONU y el Gobierno, con mayoría de jueces y fiscales internacionales, para juzgar las más serias violaciones de los derechos humanos, crímenes de lesa humanidad, otras violaciones del DIH y algunas infracciones al código penal del país cometidas desde 1996 en la guerra de los diamantes. En Camboya en 2003, treinta años después de las atrocidades de Pol Pot y el Khmer Rouge que produjeron dos millones de muertos, se creó, por acuerdo entre la ONU y el gobierno, un tribunal mixto para juzgar a los sobrevivientes responsables de esas atrocidades. En el Líbano se creó un tribunal mixto para juzgar los ataques terroristas  cometidos en 2004/ 2005 que produjeron la muerte del primer ministro libanés Rafik Hariri. En Timor-Leste se crearon en 2006, paneles mixtos (con mayoría internacional) para trabajar el tema de la invasión indonesia y los crímenes (genocidio, crímenes de guerra, crímenes de lesa humanidad, asesinatos, ofensas sexuales y tortura, entre otros) que en ella se cometieron entre enero y octubre de 1999. También en Kosovo funciona algo similar para crímenes de guerra y étnicos.

Un sistema tal garantizaría, sin injerencia política, una justicia imparcial, con estatutos y reglamentos propios,  y evitaría que la CPI metiera las narices, a lo que tanto le temen.

 

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Coda. ¡Qué eficacia y qué celeridad la de la (¿politizada?) Corte Suprema de Justicia para condenar a Moreno y Hurtado, amigos de Uribe! Este país adormecido por la propaganda estatal de golpe se despierta.