RADAMÉS BARCA | El Nuevo Siglo
Sábado, 2 de Agosto de 2014

Sin excusas

 

Plausible  a todas luces la campaña que emprendieron las autoridades en el sistema de transporte masivo en la capital del país para detectar a los agresores sexuales que aprovechan los tumultos de pasajeros para manosear e incurrir en otras conductas aún más graves contra la dignidad e integridad física de las mujeres. E incomprensible la prevención que han mostrado algunos de los usuarios frente a la presencia de las agentes, que vestidas de civil, agraciadas y sin insignia alguna que las identifique como integrantes de la Fuerza Pública, van y vienen en los articulados de Transmilenio para detectar a los abusadores.

¿Acaso el hecho de que una mujer vista de tal o cual manera implica que pueda ser víctima potencial o no de acoso o agresión sexual? La respuesta al interrogante se cae de su propio peso.

Lo que han demostrado estos primeros días de este plan para proteger a las pasajeras en el sistema de transporte masivo, es que los pasajeros tienen mucho más cuidado cuando se movilizan en los vagones e incluso evitan al máximo tener contacto físico con quienes los rodean.

Puede que esa actitud parezca exagerada, pero dado el creciente número de mujeres que denuncian algún tipo de agresión sexual en el transporte público, es mejor tomar todas las precauciones del caso. Además, de esta forma se vuelve más fácil poder detectar a quienes, en realidad, sí se suben a los articulados con objetivos claramente morbosos y agresivos.

Incluso, a raíz de las campañas de los últimos meses y de la mayor mediatización de los casos, parece que la solidaridad ciudadana con las víctimas es cada vez mayor, y no ocurre lo que sucedía tiempo atrás, cuando las denuncias de las víctimas chocaban con la indiferencia y pasividad del resto de los pasajeros, lo que permitía a los agresores actuar casi que con completa impunidad.

No hay, pues, que caer en sofismas ni creer en excusas poco argumentadas. Una mujer puede diferenciar cuando un contacto físico en un articulado fue accidental y sin intención morbosa, así como también detectar cuando es, precisamente, todo lo contrario.