La situación de inmigración en Colombia, como consecuencia de la salida de casi cuatro millones de venezolanos hacia nuestro país, así como la cantidad de colombianos que en el pasado inmigraron a distintos lugares de Venezuela buscando mayores posibilidades de empleo y hoy están de regreso, es realmente preocupante. Colombia no se encontraba preparada para afrontar esta realidad y por ello es necesario que se convoque a la comunidad internacional como lo viene haciendo el actual gobierno a través de nuestro Ministro de Relaciones Exteriores, Carlos Holmes Trujillo, para obtener el apoyo que permita afrontar el tema y ver acción respecto al mismo.
Además, personalmente he quedado aterrado y desconcertado con las declaraciones de varios venezolanos que han tenido que entrar a territorio colombiano por vías alternas a los puestos de frontera. Los colombianos que se encuentran en los territorios que deben cruzar condicionan el permitirles atravesar estos territorios para su propio beneficio, exigiendo el pago de cuotas o del dinero que traen y en otros casos ante la inexistencia de dinero hasta la entrega de sus pertenencias. ¡Qué tristeza! Esto refleja desde la más sencilla esfera de la comunidad colombiana una falta de solidaridad, compañerismo, y sobre todo una falta de ética, abuso y explotación.
¿Dónde está la presencia de las autoridades en esas regiones? ¿Dónde está la educación y los valores de nuestro pueblo? ¿Hasta dónde podemos llegar? Es imposible explicarse cómo nuestros conciudadanos son capaces de llegar hasta tal extremo. Sin ninguna consideración despojan a los venezolanos, que bastante han sufrido ya, del dinero que traen y hasta de sus prendas de vestir.
Si bien es cierto que para las autoridades y los miembros de la fuerza pública es muy difícil cuidar metro a metro la larga frontera con nuestros países vecinos, en este caso con Venezuela es importante que a través de la inteligencia se pueda detectar a los autores de estos hechos, que poco difieren de unos vándalos, para que sean capturados.
Ahora bien, la situación política y económica que está viviendo Venezuela, además de estar creando una grave situación en nuestro país, se ha convertido en un punto de desestabilización de la región. No puede la comunidad internacional quedarse sin actuar. Es que el caso ya es de suma preocupación, no sólo por la situación humanitaria que está viviendo nuestros hermanos, sino también por los problemas graves que nos están creando a los países vecinos e incluso también a los que no lo son.
Pero si bien necesitamos de la ayuda de la comunidad internacional, por encima de todos los colombianos debemos ser solidarios, pues nos lo exige el momento que está viviendo esta nación limítrofe. La problemática de salud, vivienda, educación y trabajo que están viviendo distintos lugares del país por causa de la inmigración venezolana es grande y no da más espera.