“Proyecto con nombre extranjero desentona”
Con absoluta certeza empresa privada, organismos del sector económico y ciudadanía en general de Bogotá celebran la restauración de zona del centro, para construir el Distrito Creativo de Interés Nacional y Estratégico, como proyecto cultural y empresarial.
La iniciativa, con respaldo de la Comisión Intersectorial de Infraestructura y Proyectos, del Ministerio de Comercio, Industria y Turismo, tiene sello de gestión de la Alcaldía de Bogotá y la Fundación Gilberto Alzate Avendaño.
Medios públicos y privados se constituyen en impulsores de la valiosa obra que borra por completo el deplorable pasado de “El Bronx”, en céntrica ubicación capitalina, con una historia inhumana de drogadicción y crímenes de indigentes y secuestrados, desde finales del siglo XX.
Con destacadas torres, según maqueta arquitectónica, agrupará industrias de gran crecimiento, mediante redes y empresas productivas dirigidas a ser sedes activas de la iniciativa innovadora, de conformidad con la unión de propósitos del Distrito Capital y el Gobierno nacional.
Las cifras de los promotores resaltan el estimativo de 1.400 emprendedores en distintos frentes económicos de industria y comercio, que acogerá esta amplia sede, con productores provenientes de 20 localidades que configuran a Bogotá.
El proyecto contará con la participación e intenso protagonismo de empresas trasnacionales que le resaltarán importancia y trascendencia al Distrito Creativo, a la altura de las grandes urbes del mundo.
Este enfoque capta nubes negativas, que dejan pensar que no siempre lo pasado fue bueno. Porque la denominación que identificó al sector en Bogotá se comparaba con el tenebroso Bronx, de Nueva York.
Otra nube crítica obedece a la utilización de una palabra ajena, no porque sea en inglés, sino por recordar ese punto oscuro, con nombre extranjero, para mostrar empresas y profesionales en un meritorio ámbito laboral.
Es suficiente razón para que el ideado Distrito Creativo justifique su nombre económico y social con altura, si se trata de reunir emprendedores productivos con estrategias para empleo y producción, pensando en lo colombiano.
Y se perfila oportuno el propósito para que Bogotá, con 8 millones de habitantes, al igual que en distintos lugares del mundo, tenga nombres de sectores que recuerdan sus raíces humanas o pasado histórico, lejos de violencia y degeneración social.
¿Por qué no “Cachaco”, “Muisca”, “El Altiplano”, “El Emprendedor”? Nos sonrojamos, con la ola de delitos que sacuden al país, en medio de afán por erradicar el cultivo de coca que marcó a Colombia, junto con la corrupción.
No puede ser que se hace un proyecto grande para mostrar lo producido por manos prodigiosas, con planes creativos en tecnología de hoy y, entonces, se recurre a copiar lo ajeno. Lo cierto de todo, señores del Distrito Creativo, es que no se llame Bronx.