Presidencia | El Nuevo Siglo
Sábado, 2 de Junio de 2018

Era previsible el resultado de la primera vuelta de las elecciones presidenciales que estuvo en desacuerdo con las convicciones e inclinación de quien escribe; en efecto, aunque no se es miembro inscrito del partido liberal colombiano, ahí se ha estado siempre, pese a que, muy joven, se simpatizó, también, con el socialismo e inclusive, en la actualidad, se aprecia la socialdemocracia y sorprendió que Rudolf Hommes se manifestara en tal sentido en “No boto el voto” (El Tiempo, mayo 27). De todos modos, se quería, pese a no esperarse, el triunfo de Humberto De la Calle.

La predilección por el liberalismo viene de lejos, inclusive por aspectos emotivos, y se recuerda que mi padre me presentó a Gabriel Turbay en la antigua sede del Hotel Granada donde hoy sesiona el Banco de la República. Además, se formó parte de la multitud presente en el asesinato de Vicente Echandía, se alternó con su hermano Darío Echandía, se recuerda a Gaitán y Julio César Turbay Ayala y Luis Carlos Galán tuvieron palabras amables con este servidor.

Más determinante que lo anterior es la vigencia del siguiente criterio: desaprobación total de las acusaciones carentes del soporte inmediato, pruebas convincentes y concluyentes, lo cual incide en Álvaro Uribe Vélez, fundador del Centro Democrático y mentor de Iván Duque; el ex presidente ha sido obligado legalmente a realizar varias rectificaciones. Algo similar ocurre con  Claudia López,  aspirante acompañante de Sergio Fajardo a la vicepresidencia de Colombia, quien tiene la misma inclinación comentada respecto a Uribe Vélez. Tampoco se apoya la aspiración presidencial de Gustavo Petro pero la causa es distinta: se considera deficiente su gestión como alcalde de Bogotá en contraste con su brillante gestión como congresista, es decir, falló como ejecutivo.

Diversos analistas han remarcado un error grave en Fajardo al no considerar y acoger, desde el primer momento, la propuesta de alianza con la partida liberal formulada por de la Calle: Fajardo pudo ser el adversario de Duque para la presidencia de la República en lugar de Petro.  Se entiende que no quería alianzas y ¿cómo se explica el entendimiento con los Verdes y el Polo Democrático? Se suponía que el liberalismo es corrupto y no lo son de la Calle y César Gaviria. Ojalá reflexione y mejore cálculos.