El desempeño en la gestión pública se caracteriza por cierto estilo que le imprimen quienes lideran organizaciones, proceso y equipos de trabajo. Y en el cual inciden de una u otra forma intereses, conocimientos, experiencia, competencias profesionales y rasgos de la personalidad. El estilo es muy importante, pero puede quedar reducido a mera anécdota. Aunque tiene más repercusiones de lo que usualmente se considera. Pues, el estilo en la gestión se transmite a los demás a través del ejemplo de quien lidera, cuyos comportamientos expresan un conjunto de creencias, hábitos y valores que es de interés conocer con anterioridad. Sobre todo, en el ejercicio de los altos cargos públicos; y más a los que se accede por elección popular.

En estos casos, la selección (o mejor, la elección) para el cargo depende del triunfo electoral más que de la entrevista de trabajo o pruebas de conocimientos y competencias, como normalmente le ocurriría a cualquiera otro empleado. Claro, para eso está el proceso electoral con sus debates, reuniones y propaganda. Estas dinámicas permiten apreciar más algunos aspectos que otros de los candidatos, como aquellos dirigidos a resaltar la calidad de las propuestas o su popularidad.

La entrevista es buena herramienta para obtener directamente información e identificar perfiles y estilo de trabajo. Posibilita conocer y evaluar en profundidad a candidatos y candidatas durante el proceso electoral. Sobre todo en su trayectoria de vida asociada al servicio público. Pero, actualmente los debates han cobrado mayor popularidad que las entrevistas, en parte porque estas no han estado exentas de sesgos y falencias que ha terminado por restarles credibilidad y alcance.

Por ello, aprovecho este espacio, como parte de una entrevista colectiva, para preguntar a todos los candidatos y candidatas a la presidencia, a las consultas y al Congreso. A partir de ciertos dilemas entre ética y legalidad que suelen presentarse y tienen efectos para cambiar o fortalecer comportamientos en temas claves: lucha contra la corrupción, afirmación de la vida democrática, abuso del poder y la prevalencia del interés general. 

1.¿Ha tenido, tiene o tendría sociedades o cuentas bancarias en un paraíso fiscal? ¿Por qué razón? ¿Le parece correcto que un servidor público tenga sociedades o cuentas en paraísos fiscales? ¿Considera sí o no que la opacidad en los paraísos fiscales propicia o facilita la corrupción y el lavado de activos? 2. ¿Está dispuesto antes del día de elecciones a exhortar públicamente a sus electores diciéndoles que usted no compra votos ni utiliza intermediarios para que lo hagan ni que está obligando directa o indirectamente a que contratistas o funcionarios públicos o sus familiares voten por usted? 3. En caso de tener sistema de protección brindado por el Estado, utilizaría a dichos funcionarios para que le asistan con labores domésticas o de asistencia personal como pasear mascotas, impulsar el carro del mercado, llevarle la ropa a la lavandería o cargarle la maleta? 4. ¿Considera que darle o buscarle con su influencia un puesto o contrato a las personas que han votado por usted es una forma válida de reconocerles el apoyo que le dan en las elecciones. 5. Mencione dos casos en los que considere que prevaleció su coherencia ética por encima de otros intereses. 6. ¿Ante la protesta social adoptaría previamente la vía del diálogo o no? 7. ¿Cómo defendería la separación de poderes en el Estado de derecho?

@Fer_GuzmanR