Con la promesa que esta será una administración abierta a la ciudadanía comenzó, la semana pasada, el discurso de posesión de la nueva alcaldesa de Bogotá, Claudia López. Y es que así debe ser, los nuevos alcaldes y gobernadores tienen el desafío de no llevar la política polarizadora de la agenda nacional a lo local.
La tarea local es tan sencilla como desafiante. A los alcaldes y gobernadores los eligieron para dar la solución a los problemas urbanos y municipales que impactan la calidad de vida de los ciudadanos. Por eso hace tanto sentido llamar a la participación ciudadana y la practicidad.
En los municipios más grandes del país los problemas son de movilidad, servicios públicos y seguridad. Por eso es vital que tengamos unos alcaldes prácticos enfocados en solucionar los problemas de la gente, en lograr que sus municipios tengan empresas prosperas, entornos aptos para brindarle servicios eficientes no sólo a los más pobres sino a la clase media que hoy no encuentra ni participa lo suficiente de los bienes públicos.
Para lograr esto no podemos ponernos a borrar lo que viene de una administración anterior porque no nos gusta su orientación política. Es absurdo que toque recordar que las ideas y políticas son buenas o malas por sus méritos y no por quien los propuso. Queremos ver alcaldes y gobernadores construyendo sobre lo construido, como diría Antanas Mockus.
Algo de lo que dijo Claudia López en su discurso, con lo que coincido plenamente, es que tenemos que recuperar la confianza en las instituciones y en los gobiernos. De acuerdo a al Panel de Opinión de Cifras y Conceptos de 2019 la confianza de los colombianos en casi todas las instituciones disminuyó en el último año. La confianza en el Congreso es la menor, bajó al 39%, tampoco le va bien a la Fiscalía (47%) y a la Presidencia de la República (49%).
Queremos que los ciudadanos en sus territorios participen, aporten, y para esto es clave líderes que estén sintonizados con las necesidades de la gente, con la competitividad y no en una gazapera con otros partidos, el alcalde saliente o cualquier otra figura. ¿Será mucho pedir? De nuevo Claudia López ha dado muestras de esta actitud que hace gala de una posición de centro.
Vale la pena advertir que hay que tener cuidado con los populismos a nivel local. Organizar la casa para que los subsidios estén bien focalizados, que las finanzas permitan hacer promesas cumplibles es fundamental. También hay que exhortar a los mandatarios locales a manejar mejor sus relaciones con el Estado Central e incluso con sus colegas en el departamento y territorio. Hay instituciones para coordinarse, pero lo cierto es que seguimos teniendo mucha duplicidad y descoordinación a nivel local y un Gobierno Nacional que se relaciona con quien más poder político tiene y no con quien tanga más mérito por necesidad o buen comportamiento.
Podríamos hablar en detalle de los desafíos en seguridad cuando todavía hay ciudades con tan altos índices de homicidios, atracos y violencia contra la mujer, o hablar de la precariedad de muchas empresas de servicios públicos, por citar algunos retos, pero yo para empezar me conformo con que los nuevos mandatarios se dediquen a hacer su tarea y no a pelear y polarizar.