En todas las empresas, de todos los tamaños, desde pequeñas tiendas en barrios, hasta grandes multinacionales hay muchísimas historias. Gracias a la capacidad para mejorar la vida de las personas de las empresas, muchos lograron estudiar, conseguir casa propia, cumplir los sueños de sus hijos, viajar y conocer el mundo, emprender, al final cumplir su proyecto de vida personal. También es gracias a la empresa privada que hoy podemos conseguir productos y servicios cada vez a menor precio, con mayor variedad y mejor calidad. Artículos que antes eran un lujo del que solo un sector reducido de la población tenía acceso, hoy puede ser adquiridos por la mayoría de los colombianos.
Por otro lado, las empresas permitieron que en tiempo récord tuviéramos acceso a vacunas que han evitado millones de muertes por covid-19 en todo el mundo. Es también, gracias a las empresas que puedo escribir esta columna desde un computador, enviarla a la edición del periódico a varios kilómetros de distancia y gracias a la empresa que es EL NUEVO SIGLO, usted puede leerla en estos momentos.
Quizás nunca nos hemos detenido a pensar cómo sería nuestra vida sin empresas. Lo invito a hacer el ejercicio, ¿Dónde trabajaría?, ¿Cómo se alimentaría?, ¿Cómo se divertiría?, ¿En dónde guardaría su dinero?, ¿Cómo se informaría? Una vida sin empresas sería complicada, dependeríamos de las limosnas que el Estado quiera darnos y estaríamos al albedrío de un gobernante. Perderíamos la capacidad como individuos de desarrollar nuestro proyecto de vida y pasaríamos a ser un número más de un gobernante que nos trataría como vacas en un potrero. A pesar de esta realidad, hay personas que se soñarían un mundo sin empresas, darían lo que fuera por perder su libertad y su libre albedrío. Por eso las atacan y las destruyen en las protestas.
Las decisiones de los gobernantes para enfrentar la pandemia y luego los bloqueos y el paro nacional han sido proyectiles con impactos letales para miles de empresas en todo el país. Sin embargo, los empresarios no se han rendido y con mucho esfuerzo y, sobre todo resiliencia, han logrado aguantar y salir adelante en medio de las mayores dificultades. Muchos han tenido que renunciar a bienes personales, recurrir a altos niveles de deuda e incluso afectar a sus familias para lograr proteger los puestos de trabajo.
Han sido héroes en momentos en que los gobernantes les dieron la espalda cuando decidieron jugar al azar, definiendo que empresas eran esenciales y cuáles no, como si para las personas que viven de ellas no fuera esencial que pudieran operar. Han sido héroes al aguantar los golpes, bloqueos, y saqueos de un grupo de delincuentes que justifican el uso de la violencia para alcanzar objetivos políticos, objetivos que además son peligrosos porque buscan acabar con todas las empresas y llevarnos a vivir la vida que describí anteriormente.
Por todo esto, es momento de agradecer a las empresas todo lo que han hecho este año y medio para lograr sobrevivir, el esfuerzo inmenso que hacen para que tengamos cientos de productos y servicios a nuestra disposición. Te invito a publicar hoy en redes sociales con el #PorMiEmpresa mensajes de agradecimiento con los verdaderos héroes de Colombia: los empresarios.