POR RADAMÉS BARCA | El Nuevo Siglo
Lunes, 15 de Septiembre de 2014

RECUPERAR MECÁNICA

¿Pa’Cuba me voy?

Uno  de los elementos clave del proceso de paz entre el Gobierno y las Farc ha sido, precisamente, el ambiente de aislamiento en que ha funcionado la Mesa de Negociación.

El evitar que los reflectores de la prensa estuvieran permanentemente instalados en el mismo recinto de las discusiones entre las delegaciones (y limitarse a las ruedas de prensa externas, sobre todo por parte de los voceros de la guerrilla) ha permitido que, a puerta cerrada, las tratativas marchen a un ritmo que desembocó en acuerdos en los temas de desarrollo rural, participación política y desmonte del narcotráfico.

Sin embargo, a partir del arranque de la discusión sobre el punto de la reparación a las víctimas, ese ambiente de aislamiento de la Mesa se ha empezado a romper, no sólo por toda la parafernalia que ha rodeado el viaje a La Habana ya de dos delegaciones de afectados por el conflicto armado, sino porque esa apertura del proceso ha dado lugar a que otros grupos también pidan pista para ir a Cuba y hablar con ambas delegaciones negociadoras.

Es necesario, así suene un poco drástico, volver a cerrar las puertas para el acceso a la Mesa y recuperar el clima de tranquilidad que se requiere para seguir adelante con una negociación tan compleja.

La peregrinación a La Habana lo único que generará es un ruido innecesario y perjudicial sobre el ritmo de las tratativas. Es evidente que si ya hay quienes consideran que dos años es mucho tiempo para un proceso de paz, pues más se demorará la culminación de la negociación si la Mesa se vuelve un receptáculo de todas las personas y grupos que quieren ir a hablar allí.

No se puede perder de vista que, al final, todo lo que se acuerde con las Farc, en caso de lograr un pacto definitivo para acabar con el conflicto, irá a las urnas vía referendo o consulta popular. Es allí en donde todos los colombianos, bueno al menos los mayores de edad, podrán pronunciarse con su voto. En el entretanto es mejor que la Mesa continúe funcionando como lo venía haciendo en los tres primeros puntos. Incluso hay mecanismos ya establecidos para hacer llegar las inquietudes a los negociadores sin necesidad de pedir audiencia ni viajar hasta Cuba. No se puede convertir La Habana es una especie de torre de babel de la tragedia colombiana y los miles de pareceres al respecto.

Hay, pues, que recuperar la mecánica establecida desde el principio, que puede que sea chocante para algunos sectores, pero al menos dejó avanzar el proceso a instancias nunca antes alcanzadas en los intentos por buscar una salida negociada al conflicto.