Instagram hizo el ridículo. Mejor: Meta hizo el ridículo. El gigante tecnológico, dueño de Facebook, WhatsApp e Instagram, implementó una serie de cambios en sus aplicaciones para volverse lo más parecido a TikTok. ¿El resultado? Rechazo total.
Los usuarios sacaron las garras y se hicieron escuchar. Desde todos los rincones del mundo, los consumidores le enviaron un mensaje clarito a Instagram: no queremos más videos. Sólo queremos ver fotos bonitas de nuestras amigos y amigas.
La respuesta del CEO de Instagram es digna de una de esas conferencias motivacionales. “Me da gusto el hecho de que hayamos tomado riesgos. Si no fracasamos de vez en cuando es porque no estamos pensando lo suficientemente en grande o de forma atrevida”, dijo Adam Mosseri, el jefe de Instagram.
El episodio “vuelvan a Instagram grande otra vez”, haciendo una parodia del “Make America great again” de Donald Trump puede resultar pintoresco. Pero de fondo se nota el miedo. El miedo de Meta (antes Facebook). Actualmente, el número de usuarios nuevos de sus plataformas está en sus mínimos históricos, mientras que la gente no se cansa de descargar TikTok.
Y cuando decimos la gente, y este es el meollo del asunto, hablamos de todos los rangos de edad. TikTok dejó de ser una red social para niños, niñas y uno que otro adolescente. TikTok está evolucionando en una red social para todas las edades y para todos los gustos. Por una razón: nos encanta el video, y si no supera los 30 segundos ¡mejor!
TikTok dejó de ser un fenómeno de nicho para convertirse en un monstruo masivo. Los que tienen cuenta indican que puedan pasar entre 2 y 4 horas ¡seguidas! viendo el loop de videos. Sin parar. Casi que sin pestañar. Una locura absoluta.
Y ojo, el fenómeno TikTok entre los más jóvenes no está siendo nada bonito: se están gestando varios problemas de atención e interacción social. Solo para que los más adultos lo tengan en cuenta.
Mientras tanto, Facebook comienza a volverse paisaje. Aunque Facebook (con todas sus empresas asociadas) sigue teniendo el mayor número de usuarios con cuentas, los tiempos de uso y el consumo está disminuyendo. Los que ya se dieron cuenta de este declive son los inversionistas. Ellos sí son impiadosos.
En febrero de 2022, la compañía se dejó 250.000 millones de dólares de capitalización el día que presentó resultados de 2021. ¿Quién se iba a imaginar que el todopoderoso Facebook tendría pérdidas consecutivas? Parecía que la pandemia multiplicaría su uso, pero se durmió en los laureles y ahora la tiene que remar de atrás.
Este mundo de la tecnología es una montaña rusa. Los que permanecen mucho tiempo en la cresta del recorrido se obnubilan. Dejan de mejorar. Dejan de innovar. Consideran que ya están en la cúspide la novedad. Hasta que llega otra compañía, con una idea mejor, con un algoritmo mejor, y sobre todo con un mejor entendimiento del usuario. Y la caída es prolongada y dolorosa, como la de Facebook.