ACUERDOS CON FARC
Todo era cierto
“De aquí no surgirá la paz”
Recordaba hoy los debates que tuve en medios de comunicación cuando iniciaba la negociación de La Habana. El interlocutor -siempre distinto- me decía siempre lo mismo: que estaba especulando, que no era cierto que el proceso fuera a darle impunidad a las Farc. Lo recuerdo vívidamente, decía que el acuerdo NO pretendía llevar a los máximos criminales de las Farc a la figuración política.
Incluso me viene a la memoria alguno que me aseguró que si el proceso terminaba así, él sería el primero en oponerse. Hoy sabemos que todo lo que dije era cierto, y él sin embargo sigue considerando apropiado el resultado.
Teníamos razón al prevenir al país sobre la impunidad y el premio al crimen. Los responsables de crímenes atroces no pagarán ni un solo día de cárcel, y sin importar lo que hayan hecho tendrán -a diferencia de cualquier colombiano- la posibilidad de participar en política. Les dice a los criminales jóvenes que en unos 20 años, si el Estado no es capaz de contenerlos, podrán ellos también aspirar a negociar su impunidad.
Colombia no puede seguir en el burdo sistema de que la violencia se olvida, y ante la imposibilidad de mantener el reinado de la ley; renegociar el contrato social. El supuesto es que si se incluyen más ciudadanos será legítimo es una premisa falsa, pues siempre hay otros que quedan por fuera, cada día nacen nuevos colombianos. Se trata de darle coherencia y continuidad a las instituciones y la ley.
Se cumplió también que las Farc no van a entregar sus multimillonarios recursos. La reparación de las víctimas quedó en manos de los colombianos, que tendremos que seguir pagando impuestos para reparar los daños de las Farc, y hasta de los paramilitares.
Aún está por cumplirse la predicción de que el narcotráfico y la extorsión serán considerados delitos conexos al delito político y por lo tanto amnistiados. No sabemos exactamente cómo se va a considerar el secuestro extorsivo o el secuestro de miembros de las fuerzas armadas. De la entrega de armas, tampoco tenemos aún noticia.
No previmos, sin embargo, la “Jurisdicción de Paz” donde el santismo y las Farc van a establecer el procedimiento para nombrar jueces y juzgar a todos los colombianos. Por supuesto son ellos los únicos con garantías. No es aceptable igualar la sociedad y las fuerzas armadas con un grupo terrorista.
Es llamativo también que cuando se trata de disolver la culpa la negociación los incluye a todos; terroristas Farc y paras, ciudadanos y Estado se declaran responsables; pero solo el santismo y las Farc componen la comisión de la verdad, solo ellos pueden participar en la selección de jueces. Es un proceso igual al plebiscito y al acto legislativo para la paz, lleno de trampas, hecho sin respeto por la democracia, la oposición ni el Estado de Derecho.
Las Farc nos ganaron; no falta mucho tiempo para que los niños colombianos piensen que el ejemplo de Timochenko o Marulanda son paradigmas a seguir. De aquí no surgirá la paz, todo lo contrario llevan al país a nuevas violencias.