Orlando Cano Vallejo | El Nuevo Siglo
Jueves, 14 de Enero de 2016

Sin afanes

“Hay que decir lo que viene en tributos”

 

Lo habíamos dicho: había que hacer pedagogía, preparar, socializar y digerir el contenido de la venidera reforma tributaria estructural.

Es inevitable un aumento de tarifas para recaudar más dinero y hacer caja en las cuentas maltrechas del Gobierno.

Es ineludible que ricos y pobres, personas naturales y empresas van a pagar más renta y a sentir un aumento en el IVA al consumo básico y suntuario.

Dolerá y mucho, habrá lágrimas de sangre como en alguna ocasión lo predijo el entonces Minhacienda, Juan Manuel Santos.

Los empresarios están preocupados este jueves al saber que en definitiva van a ser gravados los dividendos.

Para remover el impuesto a la guerra o al patrimonio no hay de otra sino subir renta a ganancias, incluyendo las ocasionales.

Más colombianos, podrían ser 3 millones, van a tener que declarar, lo que no significa que tengan que pagar impuestos.

Quien gane arriba de $1,8 millones será objeto de renta, tendrá que buscar contador para declarar y pagar.

Los carros gama media-alta, los importados, van a tributar más, adicional al valor de más que hoy se paga por cuenta de la tasa de cambio.

Los productos de la canasta familiar, los medicamentos, los electrodomésticos, los licores, los moteles, los enlatados importados, serán castigados.

En general, el universo tributario de hoy, disperso, inequitativo y costoso, va a ser reajustado en la reforma que el Ejecutivo presentará este año a consideración del legislativo.

Lo importante es la concertación con los sectores más tocados con el aumento de tarifas. Fundamental que a los ciudadanos se les entregue información clara, oportuna y sencilla para entender el proyecto tributario.

Es indispensable actuar con responsabilidad, sin afanes. El Gobierno y el sector privado deberán conciliar intereses comunes y sin prisa.

Lo que viene es complicado y lo van a sentir la mayoría de contribuyentes. Por eso, mejor despacio y con buena letra, pues no hay cabida a errores por andar rápido.

Lo mejor es poner la cara a colombianos y decirles qué viene en materia tributaria. Hay que decirles el destino de los recaudos que el Gobierno pretende con reforma estructural.

Que el país sienta que vale la pena pagar más. Que haya garantías sobre transparencia y buen uso de recursos. Que no quede sensación de asumir mayores impuestos a cambio de nada.

La economía está resentida, pero no es para ir con afanes