MIRADOR
Reinventarse
Empresarios opinan que de una economía en guerra, vamos rumbo a un nuevo estado de seguridad democrática con acento de paz.
Sector privado considera que aunque es el momento más sensible de las negociaciones de paz en La Habana, hay un ambiente encontrado de expectativa e incertidumbre.
Industriales, comerciantes, banqueros, exportadores y agricultores recuerdan que cuando más cerca el amanecer, más oscura la noche. En Cuba, todo parece viable para, en medio de las dificultades, firmar la paz con la guerrilla, sostienen. Aunque hay sombras en el tablero de la información, la resolución del conflicto armado ya comienza a generar un nuevo estado de ánimo en los hombres de negocios. Estiman que es objetivo y posible el mes de marzo de 2016 como meta para la culminación de las negociaciones y el comienzo de un nuevo escenario político y social con los desmovilizados de las Farc. Incluso, no descartan que después del primer trimestre de 2016, habría que repensar y ajustar algunas cosas en el futuro de las empresas.
Habría que reinventar algunos modelos de producción teniendo en cuenta la necesidad de cumplir lo pactado con ese grupo armado. Lo primero tiene que ver con el programa que pondrán en marcha Gobierno y patronos para darles empleo digno, estable y bien remunerado a los exguerrilleros. La adopción de una política de fomento al empleo va a necesitar músculo financiero y unas condiciones flexibles para las empresas.
Una preocupación de los empresarios, de cara al posconflicto es el trámite de una nueva reforma tributaria que necesariamente subirá tarifas. Para el próximo año estará listo el proyecto de iniciativa gubernamental que busca incrementar recaudos y modernizar el régimen impositivo colombiano, disperso, inequitativo y burlado.
Hay un aroma en el clima de los negocios a seguridad, concordia y tranquilidad para trabajar e invertir, pero asoman en el camino algunos interrogantes: impuestos, régimen laboral y parafiscales, además del frente pensional.
A dos meses de finalizar el año 2015, y a cinco meses de la meta del cese de hostilidades, el escenario de la economía colombiana pinta un horizonte de moderado optimismo acerca del logro de la paz.
El sector privado insiste en que durante 50 año de violencia, secuestro, extorsión, chantaje, asesinatos, desapariciones y ataques guerrilleros, la empresa privada salió a flote y aguantó la inseguridad. Piensan que si se firma la paz con las Farc y luego el Eln habrá un mejor entorno para crecer más y muy seguramente vendrán nuevas inversiones extranjeras, abrirán empresas, otras se expandirán y llegarán otras. De un sentimiento de miedo y tensión, de pensarlo dos veces antes de tomar una decisión empresarial, podríamos pasar a un entorno de confianza nacional.
Si hay paz habrá mucho por reinventarse.