Orlando Cano Vallejo | El Nuevo Siglo
Martes, 27 de Enero de 2015

Un año duro

 

No será fácil este 2015 para la economía nacional y menos para la global. Asoma febrero y ya hay un cúmulo de apremios que sortear. Mientras la política intenta distraer la opinión pública, otros asuntos de interés general dominan el escenario colombiano. Desde afuera nos recomiendan apretar las tuercas fiscales a través de una dura reforma tributaria estructural. También nos invitan a ampliar edad de pensiones, pues la plata para pagar este derecho ciudadano se agota. Y no menos importante que el Fondo Monetario Internacional nos ve crecer muy por debajo del 4% este año. El mundo tendrá un crecimiento flaco.

Mientras aguas sucias corren en política colombiana, vence plazo para cancelar valorización en Bogotá, se recuerdan plazos para impuestos predial, de vehículos, renta, patrimonio… Hay señales internas y externas que pronostican un entorno económico internacional difícil. Significa que aunque se mantiene el ritmo de inversiones para darle nuevo impulso al tren de la prosperidad, hay vagones que empiezan a mostrar dificultades: exportaciones, inversiones, empleo industrial, minería, intercambio comercial con Venezuela y Ecuador, atrasos en infraestructura vial, caída de precios del petróleo y suspenso por rumbo de tasa de cambio.

El fenómeno del Niño es otro tema que ocupa prioridad en agenda del presidente Santos, tanto como inclusión, equidad, salud, educación y diálogos de paz en La Habana. El empleo rural no crece. Podría verse un menor desempleo en el campo que obedece a que muchos campesinos se cansaron de ser olvidados y optaron por irse a pueblos y capitales.

En ciudades, jóvenes y adultos, analfabetos y educados, bachilleres y universitarios, dejaron de salir a buscar trabajo. Tienen dos opciones: la informalidad o más factores para alimentar la delincuencia.

Un factor clave que nos pone en desventaja para alcanzar en el corto y mediano plazo mayores tasas de crecimiento pasa por el pobre nivel de la educación básica y superior con docentes mal preparados. Solo un 30% de profesores de idiomas en Colombia tiene título o especialización. Por eso los muchachos salen mal preparados de colegios y peor en universidades. Los maestros tienen un lío sin atender: se les paga mal y no se les capacita. La mayoría tienen que hacerlo con sus precarios recursos. Colombia es lo que son sus educadores. Ellos forman para bien o para mal.

En infraestructura, rajados. No puede ser que ni siquiera sepamos nada cierto del sonado Túnel de La Línea. Tantos TLC y nada que arreglamos nuestras obsoletas carreteras, pocas autopistas y muchas disculpas de contratistas para no avanzar.

Economía viene de un buen año, pero podría tener un 2015 complicado en medio de nuevos impuestos y pérdida de empleos e ingresos por bajos precios del crudo.