ORLANDO CANO VALLEJO | El Nuevo Siglo
Martes, 7 de Mayo de 2013

'Presa' la palabra

 

No hay peor mordaza a la libre expresión que cohibir una persona a fijar sus propias opiniones. Ni existe ambiente más hostil que comunicar sin la libre determinación que asiste a ciudadanos. Pensar, hablar y escribir diferente es la esencia más pura de libertades, pero también el hilo más delgado entre respeto y censura.

Recuerdos funestos cabalgan memoria periodística de Colombia por cuenta de quienes segaron vidas y sepultaron ideales de referentes de la prensa y la opinión nacional.

Y la mayoría de asesinatos sin esclarecerse. Un extraño velo alrededor de sonados casos de encumbrados colegas desaparecidos por dedicase a informar, denunciar y exponer a la luz pública páginas oscuras de nuestra historia reciente. Raro silencio de inocentes eliminados por quienes al amparo del dinero fácil que da el crimen, hampa, narcotráfico, guerrilla, terrorismo y corrupción, pasaron por alto códigos éticos y morales de la sociedad y eligieron selectivos asesinatos de comunicadores, reporteros y pensadores.

La brecha que separa atentado a la prensa con censura es mínima. Lo primero es cegar la visión de un país y dejarlo a oscuras, lejos del faro de la verdad y del peso de la justicia. La segunda es limitar, coartar, intimidar y acomodarse a conveniencias particulares, económicas o políticas, por encima del bien colectivo.

Quienes mataron a Guillermo Cano, no son mejores ni peores que quienes hoy ejercen presión indebida contra comunicadores a plena luz del día. Prohibir una noticia, acomodar un suceso, titular a complacencia del empresario, político o mandamás del pueblo, es contra la libertad de prensa.

La desaparición de Álvaro Gómez Hurtado, otro capítulo que manchóde tinta roja rotativas de diarios y prendióradio del repudio general. Quienes lo aniquilaron, no creo que hayan medido el daño que causaban al periodismo como tal. Tal vez solo miraron el otro ángulo de la noticia: nos quitamos de encima un político vertical que le apostaba a un mejor país desde la Presidencia.

Periodistas se quejan de prácticas antiquísimas como la ley del más fuerte en términos de poder económico. Medios que acomodan material periodístico, diagraman, diseñan, titulan y jerarquizan noticias, según relación financiera con determinada firma o conglomerado. O con cierta corriente política, Gobierno o la oposición. Dirán que cada dueño hace lo que le venga en gana con su medio de comunicación. Pues no. La prensa es libre cuando se escribe o habla para beneficio de comunidad. Los medios tienen socios y accionistas, pero éstos corresponden a ideales pluralistas que conducen a la gente, a su pueblo.

La peor censura es lo que no se informa.  Es tener 'presa' la palabra.