Ganar para dar
Mientras la economía sigue perdiendo poder debido a menores ventas, pedidos y facturación en la industria y el comercio, a los bancos les va de maravilla. Y eso es bueno.
No es sano seguir satanizando las utilidades del sistema financiero. El negocio es captar recursos del público y prestarle a la gente para que atienda sus necesidades de inversión.
El negocio es rentar y apalancarse patrimonialmente para mantener solvencia frente a sus depositantes.
Un sector financiero fuerte es menos vulnerable a las crisis de mercados y transmite confianza a sus ahorradores.
Los periodistas informamos cada trimestre sobre el crecimiento de utilidades en bancos y muchos sectores ponen el grito en el cielo. Pero nadie hace lo mismo cuando se anuncian balances billonarios de grupos económicos o conglomerados industriales. También ganan, mucho o menos, y esa es su razón de ser.
No está en discusión si los bancos perciben gran parte de dividendos colocando parte de su cartera en TES, títulos de tesorería, o si el margen de intermediación es grande. Es la diferencia entre la tasa activa o de colocación y la pasiva o de captación. Es saber a cómo rentan o pagan ahorros versus costo del crédito.
Tampoco se discute la dispersión y onerosas tarifas que se cobran a usuarios y clientes.
Y es ahí donde está la clave de una buena relación entre bancos y público. Urge bajar de inmediato los costos financieros que casas bancarias le vienen cobrando a sus clientes y usuarios en todo el país.
Significa que es bueno ganar, pero mejor si se da algo a cambio. Ganar y dar. Tiempo de que los banqueros rebajen drásticamente todos los costos que les duelen a depositantes, usuarios e inversionistas.
Tarifas por retiros en efectivo, consulta de saldos, transferencia de fondos a terceros, consignaciones a otras entidades, retenciones y deducciones trimestrales por manejo de portafolio, cuotas de manejo por tener cuentas de ahorros, entre otras, deben ser reducidas al máximo.
Y seguro que los bancos no van a dejar de percibir cuantiosas ganancias.
Al contrario, si abaratan operaciones, dejan de cobrar hasta 10 mil pesos mensuales por cuentas de ahorro y quitan odiosa carga de 1.300 pesos o más por retiros en cajeros y tantas tarifas gravosas por pasar recursos a terceros o consignar a otra plaza, la comunidad se animará a formalizar sus pesos con el sistema financiero.
Es hacer que los hogares saquen su dinero de la mesa de noche o el colchón y lo confíen a los bancos.
Es facilitar bancarización. Que más colombianos tengan acceso a productos y servicios bancarios, empezando con una cuenta de ahorro, tarjeta débito y crédito. Rebajen costos y aumentarán clientes.